domingo, 16 de agosto de 2009

DISCURSO DE RECEPCION A CARGO DEL ESCRITOR DANILO SANCHEZ LIHON


LIBRES
POR LA PALABRA
CREADORA

DISCURSO DE RECEPCIÓN AL DR. MILCÍADES HIDALGO
EN LA ACADEMIA PERUANA DE LITERATURA INFANTIL
Y JUVENIL
Viernes 14 de agosto del año 2009

Danilo Sánchez Lihón


1. Reto
y promesa

En octubre de 1972 el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada conducido por el Gral. Juan Velasco Alvarado decretaba la Ley General de Educación 19326 que entre otras innovaciones crea el INIDE, organismo que empezó a funcionar en febrero del año 1973 en el antiguo local del Colegio Belén.
Hasta allí llega un día –y lo veo entrar desde mi escritorio– a un profesor de modales pausados, atildado en el vestir, el cabello alineado, los ojos calmos, de apariencia lúcida y noble, quien me manifiesta que quiere entregarme un libro de su autoría. Y me lo alcanza, de tapas blancas, de apariencia modesta y a la vez raro y cálido, titulado "La palabra de los niños". Hablamos brevemente sobre su contenido y el libro queda trémulo entre mis manos.
Lo abro y leo con sumo interés y encanto. Cuando nos volvemos a ver conversamos sobre los nuevos enfoques en la enseñanza del lenguaje y alentamos la idea de reunir otros trabajos similares. En diciembre de ese mismo año ya estamos editando una obra nacida de ese encuentro, titulada "Lenguaje y expresión de los niños" que a decir de Alberto Escobar: "es una bella e inteligente invocación a todo maestro que conserve vivo el espíritu del reto y la promesa".
Años después, el 25 de enero del año 2000 tuve el honor –como lo tengo ahora al tener a mi cargo el discurso de recepción de su incorporación a la Academia Peruana de Literatura Infantil– de presentar el libro consagratorio de Milcíades Hidalgo, cual es "Pedagogía de la expresión escrita y la creatividad infantil" en dos densos y amplios volúmenes que indudablemente tuvieron sus primeros brotes en "La palabra de los niños" y en "Lenguaje y expresión de los niños", publicados en el año de 1973.

2. ¿Cuál es
Su desvelo
?

La experiencia, reflexión y análisis constante, intenso y apasionado de Milcíades Hidalgo habían madurado definitivamente y se plasmaban en esa obra monumental, libro síntesis, paraje de arribo o de llegada que recoge muchas aguas tributarias, de estaciones y climas variados, de cuencas y ecosistemas unos reconocibles y otros insospechados.
Este libro es un mar océano, un río caudaloso, mar océano, un universo pródigo, feraz e inagotable. Un libro erudito, con una revisión copiosa de temas y autores que condensa una vida fecunda y enaltecida, en el cual no solo refulge la persona su autor, sino que trasciende para ser el libro de un movimiento, de una etapa de nuestra rica y conturbada historia, el libro de muchos niños del Perú y hasta creo que él condensa la vida de toda una generación de seres humanos ilusos y a la vez concretos y tangibles.
Pero, ¿cuál es el centro o el fondo o la trama de aquel libro? ¿Cuál es la preocupación y la inquietud educacional de Milcíades Hidalgo? Lo diré: es su desvelo el desarrollo de la expresión escrita en niños y jóvenes. Pero, a partir de ello, debate temas esenciales como la identidad, la interculturalidad, la educación, las modernas tecnologías de la información y comunicación, la creatividad, la liberación, fenómenos como la globalización; en suma la vida plena e integral, tanto la que afronta el trajín diario como la otra consagrada al ideal.
Y para ello organiza todo un aparato conceptual donde revisa temáticas, autores, escuelas, corrientes de pensamiento, tendencias, tesis vinculadas con las materias que aborda, para trazar después caminos, procesos, métodos y estadios a fin de ver cómo finalmente el hombre con el lenguaje realiza su destino sobre la faz de la tierra.

3. La mano y visión
orientadora

¿De dónde extrae Milcíades Hidalgo la capacidad conceptual para reflexionar, elaborar cuerpos de doctrina, construir pensamiento lógico trascendental? A tal punto que cabe reconocer que gracias a él tenemos el orgullo de contar, en los campos de su dominio con pensamiento peruano, con doctrina y escuela gestadas heroicamente entre nosotros.
Lo extrae y es gracias al párroco de Canta, lugar donde él nació, personaje quien se hizo cargo de ese niño como su guía y mentor, seguramente porque vio en él cualidades extraordinarias. Entonces lo mantuvo a su lado siempre a fin de darle la visión orientadora y la mano que guía y protege.
A su lado aprendió a leer, a reflexionar, a debatir sobre este y el otro asunto. Leyeron juntos a los filósofos griegos, la Ilíada, la Odisea, la Divina Comedia; a los humanistas del Renacimiento, en suma la cultura de todos los tiempos, porque ese sacerdote era ecuménico y un educador de casta.
Fue ese párroco quien apenas un niño lo trajo a Lima cuando se hizo cargo de la parroquia de San Sebastián. Después lo envió a estudiar en el Seminario Menor de los Hermanos La Salle de Arequipa, porque sin duda reconoció en Milcíades al futuro gran educador, hombre de pensamiento y gestor de la educación, como es él, y fue quien lo hizo finalmente ingresar a la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Ese cura que acogió a ese niño fue don Heralio Cabrera Huamán, también tío suyo, pues era hermano de su madre, pero más su padre espiritual y paradigma.
Fue quien cultivó en él esa predisposición para lo simbólico. Y a encontrar en la palabra los símbolos contenidos e implícitos, porque nada como la palabra en su poder de símbolo tanto que en ella cabe la representación de toda la realidad.

4. Libre expresión
y creatividad

Porque es el vasto y variado universo del lenguaje y de la palabra en el hombre el que abarca Milcíades en su estudio y propuesta, como también los lenguajes naturales, el icónico, el gestual, los audiovisuales de las modernas tecnologías de los medios de comunicación y de la cibernética.
Sin embargo, en la escuela reducimos la materia del lenguaje, ahora comunicación integral, a gramática formal del lenguaje articulado.
Es en el siguiente orden cómo se organizan los asuntos que Milcíades Hidalgo aborda para finalmente arribar a la palabra liberada en el mundo de los niños y los jóvenes:
Dentro del ámbito de la educación el tema del lenguaje.
Dentro del tema del lenguaje, la palabra.
Dentro de la palabra el aspecto de la escritura.
Dentro de la escritura el asunto tan crítico de la libre expresión y de la creatividad.
Y es en ese orden en que haré algunos comentarios sucintos a su aporte fundamental. Y ponerlo de relieve es lo pertinente en esta ágora y en ocasión de su incorporación como miembro pleno de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.

5. El mundo
Y su temblor

Pero antes, cabe que reitere que Milcíades Hidalgo estudió Educación en la Pontificia Universidad Católica del Perú y se graduó de profesor en la especialidad de lengua y literatura.
Su preocupación en torno al lenguaje entonces tiene esa base y es legítima, coherente con su vocación de maestro, y auténtica en su condición de humanista que busca fundamentalmente el desarrollo de la persona y de la sociedad.
Desde una posición como esta es natural entonces que encuentre en el lenguaje la clave de la formación del niño y, de la manera cómo se lo enseña, el camino de su liberación. Pero por ahora lo que ocurre en la escuela es más bien una deformación: el imperio del gramaticalismo y la insulsez de la enseñanza–aprendizaje del lenguaje que se lo presenta como una materia cognitiva, normativa, que anula el goce, la fruición y la trascendencia.
De allí que uno de los resultados de su investigación y producto del análisis de las encuestas que aplicó a los profesores de la asignatura de lengua, es aquella que dice: "cuando se evalúan los trabajos de redacción los profesores exigen siempre el cumplimiento de las reglas gramaticales".
¿Qué niño atravesará impávido esas horcas caudinas de las reglas gramaticales vertiendo su mundo íntimo, su temblor más entrañable, su causa más secreta? ¡Nadie!
De allí que poco a poco ellos se han ido anulando o escondiendo para el lenguaje y más bien prefieran para las tareas específicas de redacción repetir textos leídos, y hagan una labor mecánica, rutinaria y hasta mendaz y consecuentemente oprobiosa.

6. El lenguaje
reducido a nada

¡El lenguaje es comunicación e interesan más los procesos del emisor y los procesos del receptor! Ya la reforma de la educación del año 72, a la cual aludimos al inicio cambió el paradigma de la enseñanza–aprendizaje de dicha área curricular proponiendo dos ejes: el de la comprensión y el de la expresión, que aplicados a la lengua asimismo se dividen en: lengua hablada y lengua escrita, resultando cuatro campos básicos: escuchar, hablar, leer y escribir.
Relacionado a este punto Milcíades advierte que la educación tradicional convierte al niño –en el mejor de los casos– en mero decodificador de textos. Que poco o nada lo forma en ser codificador de sus ideas, sentimientos y fantasías mediante el uso del lenguaje. Y es cierto. No se incentiva ni el lenguaje oral ni el escrito, que se lo ha reducido a nada, ¡a cero!
Hay la creencia que, en cuanto a escribir, este acto se reduce al hecho mecánico de copiar los apuntes en los cuadernos, es decir la escritura literal, siendo desconocida otra dimensión de este proceso como la escritura creativa.
El mensaje de Milcíades en este sentido es de reivindicación, de proclama y de sublevación; es el suyo un mensaje liberador. ¡Liberar la palabra de los niños y con ello sus afectos, sus pensamientos, sus ilusiones! ¡Y su capacidad de construir su destino con autenticidad!

7. Tener el pan
y también la palabra

Ello ocurriría si el enfoque en el desarrollo a la asignatura de lenguaje dejara de ser gramaticalista, formal y normativa y pasara a ser más esencial en relación con la naturaleza del lenguaje que es donde se deposita o recae la vida en su estado más palpitante y vívido.
Dentro del amplio extensión del lenguaje, Milcíades visualiza y enfoca el universo del lenguaje articulado, es decir de la lengua o la palabra, respecto a la cual dice:
"Muchísimos niños de nuestro país, cientos de miles, no tienen pan; pero es más ominoso aún que no escuchemos su palabra. Porque la palabra redime, reivindica, gratifica, interpela, regenera, salva, reconcilia, entusiasma, frustra, indigna, consuela, en fin nos hace que nos sintamos de verdad seres humanos".
Pero he aquí el resultado que arroja la investigación que él realiza y que se consigna en el libro referido:
"La expresión libre y creadora, por medio del lenguaje escrito es significativamente baja, con tendencia a ser nula en el 4º, 5º y 6º grado de primaria en los Centros Educativos de Lima Metropolitana."

8. La lengua
nos amamanta

Y continúa diciendo:
“...en los temas libres los alumnos aún inciden en repetir textos leídos... Toda una sección copió –por ejemplo– "La leyenda del maíz" (del texto escolar)–, muchos niños hicieron dibujos en vez de textos... Dentro del indicador poesía, los alumnos copiaron canciones de moda de "Los Menudos".
Lo que nos arroja una terrible conclusión: que los niños no tienen palabra, que no sólo ya no leen y ya no frecuentan el libro, que ha pasado a ser cada vez un objeto más raro en sus vidas, sino que incluso ya no tienen palabra libre.
Ellas escasean, se han vuelto cada día más ajenas. En vez de recurrir a su mundo para extraerlas tienen que tomar prestado: mundo, palabras y todo ¿de dónde? ¡De los textos!
Hecho que no solo es lamentable sino catastrófico, pues nosotros nacemos en una lengua, nos acunan unas palabras, ellas son el regazo donde nos recostamos, son nuestro lecho de reposo.
Después unas palabras son nuestra bandera de lucha.
La lengua es lo que nos amamanta desde tiernos, son ubres o pezones de los cuales nos sostenemos para cavilar, para preguntarnos tanto, para darnos plazo o tiempo a fin de alzar el vuelo y no rodar al precipicio.

9. El hombre es
una metáfora de sí mismo

Los niños establecen dicha relación con el lenguaje de manera natural, cuando la vida aflora y discurre dichosa y amable entre ellos mismos. Es cuando juegan a la pelota de las palabras símbolos, de las rimas verbales. De las retahilas, chuzas y jitanjáforas. De las adivinanzas, glosolalias y candombes. Es decir de todo aquello propio de la literatura infantil, tan ligado al mundo natural. Por eso: la lengua y la literatura infantil están estrechamente ligadas si las reconocemos a ambas como la primera patria del alma.
De allí que lo primero que hay que incentivar en los niños es una posesión feliz de su lengua, de su habla, de su vehículo o medio de comunicación que los harán conductores o guías certeros de lo que quieren y deben decir y hacer en un momento preciso y determinado, lo cual es inmenso y definitivo para desarrollarse plenamente y triunfar. Es decir la palabra oída, escrita, cantada, bailada y defendida con nuestra propia vida.
Porque el lenguaje y la palabra no solo es vehículo de comunicación, sino base de pensamiento. Pero aún más: la palabra es:
"…un símbolo que emite símbolos. El hombre es hombre gracias al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo natural. El hombre es un ser que se ha creado asimismo, al crear el lenguaje. Por la palabra el hombre es una metáfora de sí mismo". (Octavio Paz)

10. La escritura,
sangre y pena

Y si en el ámbito de la palabra libre, –que aborda Milcíades Hidalgo, con arrojo pero a la vez con sabiduría– estamos frustrados, en el ámbito de la escritura sufrimos traumas históricos y cotidianos peores y tremendos que lindan con el miedo, el espanto y el terror. Si es así, ¡que resultará y será entonces para nosotros la vida!
¡Y Milcíades introduce sus manos en esas llagas y en esas heridas del alma!
La escritura entonces nos ha abierto profundos abismos en la mente y el espíritu. Nos ha arrojado a las piedras desde donde nos miramos entristecidos. Por ella nos sentirnos penados, encarcelados, escarnecidos, bien sea delante o detrás de las rejas que hacen con sus trazos las letras, que en muchos casos estás manchadas de sangre.
César Vallejo y José María Arguedas, nuestros más prístinos, preclaros y auténticos escritores, así lo prueban. ¡Porque ellos escribieron con sangre y pena! Y en el fondo con un torrente de esperanza, una proclama indestructible acerca de la redención del hombre.
De allí que una consideración somera sobre la escritura, qué es lo que escriben la mayoría de personas, nos arrojará la conclusión que la escritura de la palabra se reduce a lo que es función instrumental, aquella de carácter operativo, casi podría decirse aquello que es del mundo externo y de las cosas. ¡Nada más!
El lenguaje escrito en la gran mayoría de personas no toca el mundo anímico, interior ni afectivo. Nada que nos comprometa personalmente, nada que nos descubra y haga crecer como personas, nada que me haga mejor ser humano. Es más: ¡A la escritura le tenemos inquina, aversión y hasta odio malsano.

11. Experiencias
motivadoras

Revela Milcíades Hidalgo, como resultado de su investigación:
"En cuanto a las matrices temáticas de los niños, tanto en la primera como en la segunda etapa, tiene preeminencia el Calendario escolar 32.67%, así como la Repetición de Textos con un 30.27%". "Los niños repiten temas relacionados con el currículo, así como con actividades relacionadas con acciones programáticas".
El rubro "Calendario Escolar" y "Repetición de Textos" es pues frecuente y copioso, lo que llama la atención es que aparezca en el marco de la práctica de escribir sobre temas libres. ¿Cómo es posible que en composiciones de tema libre los niños vuelvan a la tarea escolar? ¿Qué atrofia o sumisión hemos implantado?
¿Qué es lo que ocurre con nuestra educación que chanca, reprime y cohersiona así al niño? ¡Incluso, cuando se le dice al niño sé libre, diviértete, juega, lo hace bajo los rieles o los trazos que se le han pautado!
Ahora bien, lo que hemos anotado más arriba son los resultados de la investigación descriptiva, que hizo Milcíades, pero a la par en su propuesta él incluye otra de carácter experimental para poner en práctica el método de "Experiencias Motivadoras para incentivar el desarrollo de la expresión escrita", fase en donde debe producirse el cambio.

12. Identidad
y autorrealización

De allí que su obra además de valiosa sea útil, aspectos que no siempre coinciden. Es valiosa en el sentido de ser una entrega fundamental para esclarecer un tema básico. Es útil en la medida que nos da las pautas para operar y actuar en nuestra función docente, y lo es en el sentido de un "enseñar a hacer" con un efecto práctico inmediato, con una optimización evidente de aquello que estamos haciendo diariamente en las aulas de clases.
Dos son los principales objetivos en el trabajo de Milcíades: a) La libre expresión y b) La creatividad.
Y con ello, que el niño afirme dos aspectos: a) su identidad y b) su autorrealización.
Su planteamiento es bajar, entrar o ascender a aquello que es meollo, crisol y manantial de la creatividad a través de un arduo proceso de ir viviendo y decantando, explorando y asimilando, recogiendo y expurgando.
Pero, ¿qué?
La vida con toda su riqueza, su razón y sinrazón, su sensatez y extravío, su luz y las sombras y el misterio que ella encierra. ¡La vida mínima y grande, extasiada y palpitante!
Plantea, pone en ejecución y difunde un método que él llama de "Experiencias motivadoras", que busca en esencia generar en el niño la más auténtica necesidad de expresar lo que ha vivido, en las más diversas formas de expresión y, en este caso particular, el de la literatura.

13. No la creatividad
de artificio

Es interesante en el planteamiento de Milcíades el enfoque integrador de la experiencia creadora, que abarca los múltiples ámbitos de la personalidad y el ser del hombre; tales como la percepción, las sensaciones, la memoria, los conceptos, la afectividad, la imaginación, el contexto social; y que debe comprometer el nervio, la raíz, la fragua profunda de lo que es el hombre.
También el debate existencial y ontológico. La pregunta por el ser, ese acercamiento a los pozos o abismos que somos, para salir refundidos, aliados con nosotros mismos, integrados con el todo creador, enaltecidos con la armonía interior y exterior que hayamos sido capaces de forjar.
Porque se ve y hay mucho en los talleres de creatividad que proliferan por doquier, el adorno, el deliquio y la complacencia externa. Hay a través de ellos una suerte de solapamiento y encubrimiento de la realidad embadurnándola de colores o de falsa virtud.
Hay mucho de comercial en esos talleres, de perseguir la lindura del producto, la de trabajar para la exposición final o la vitrina; donde los padres vean recompensada la pensión leonina que pagan en el colegio caro, cuando se presentan como creatividad hojas y pétalos, guijarros y pajitas coloreadas, con formas aquí y formas allá.

14. Jugar, dormir
vivir el lenguaje

La opción de Milcíades es muy distinta: Oigámosle:
"Tenernos que forjar –dice– generaciones de niños que seguros de lo que son y serán, puedan integrarse al mundo gobalizado que nos deparará el siglo XXI. El destino de esta educación es hacer de nuestros niños peruanos ciudadanos del mundo, preservando sus raíces profundas que le dan nombre, santo y seña de identidad y de patria.
Cuanta gracia, vuelo, paseo alado, rebotes y pases imaginarios no ocurren y suceden cuando los niños usan y rebuscan en su lenguaje: aliteraciones e imágenes, metáforas y retruécanos.
A fin de tener una relación muy familiar y hasta diríamos cordial con la escritura, es importante que el niño haya jugado, dormido y vivido emocionadamente con la palabra, que ella y su significado, así como sus relaciones, sus vínculos internos, su derecho y su revés, sus múltiples formas, aristas y matices, hayan sido frecuentados, conocidos y finalmente domeñados por el niño.
El hombre en general para ser un buen hablante, lector o escritor, es decir un creador de su lengua y hasta para ser sencillamente un hombre libre en su relación con el lenguaje, requiere que éste haya sido un ámbito de fantasía, de juego, de gracia, de paseo y de divertimento.

15. Unir vida
y palabras

Ahora bien, ¿Qué tal si como maestros y educadores incentivamos eso? ¿Qué tal si nos metemos en esa lógica, le echamos más leña al fuego, avivamos más la candela? ¿Qué tal si les damos más aire, proyección y grandeza a los niños? ¿Así, acaso, no terminarán haciéndose magos, genios y emperadores del lenguaje? ¿Pontífices de la palabra, magnates del idioma y su vocabulario? ¿Qué habríamos logrado con eso? ¡Ah muchísimo!
No hay libre expresión ni escritura creadora sin mundo adentro y después ¡posible afuera! No pretendamos que la palabra se eleve o se erija y se quede sobre el vacío, ¡eso no es posible! ¡Creo que lo que más ocurre es que las palabras libres condicionan a un mundo libre. Porque finalmente se establece una gran fusión entre la vida y las palabras.
Porque esto sí es crucial: ¡Que pongamos siempre nuestro pecho a defender las palabras que escribimos o decimos!
Para esto Milcíades nos dice –con Paulo Freire– que antes de la lectura o escritura de las palabras corresponde la lectura y escritura del mundo en nuestras vidas.
Y no solo la lectura del mundo sino tener la experiencia, la vivencia, la sensación o la percepción del mundo, de la realidad, de la vida con todos los conflictos o debates que ello supone.

16. Liberar
el ser

Antes que leer o enseñar, incluso, hay que compartir esta circunstancia maravillosa que es el vivir, con lodos los avalares, gozos y sufrimientos, triunfos y fracasos que ella tiene. Para que la palabra emerja sabia, auténtica y nueva, primero es el ser y el existir con plenitud.
Y allí hay otro mensaje del libro de Milcíades, cual es que no hay palabra veraz y no hay libre expresión sin cultivo y construcción de identidad consigo mismo, con la cultura dentro de la cual nacemos y con el grupo social con el cual conformamos una comunidad, una historia y un destino común.
Haciendo libre la palabra del niño liberamos al hombre, al quitarle todas las cadenas, las jerarquías y los cánones, al volverla ave, viento, tempestad o torrente, descubrimos al hombre esencial, verdadero, pródigo y generoso.
Para ello hay que transformar montañas de pedagogisrno, de convenciones en la disciplina y en la educación. Y es más: es simultánea esta liberación a la otra, cual es el de la estructura económica y social en la cual estamos aherrojados.
En el fondo, a partir de la libre expresión estamos abordando todo el problema de la educación, la cultura y el ser de una sociedad, de una etapa histórica y hasta de un momento concreto de la civilización humana.

17. Un sueño
hermoso

Para muestra de lo que Milcíades ha logrado sólo quiero presentar estos dos breves textos de sus alumnos que vivenciaron la experiencia que él condujera:
EL SUEÑO DE LA COMETA
"Ayer me dio mucha pena no poder asistir al concurso de cometas. Si hubiera concursado se llenaría mi corazón de alegría y tal vez hubiera ganado. Qué lindo sería ver a mi cometa por sobre las nubes llegando a las estrellas lejanas y viajando por el infinito. Viajando a la velocidad de un meteorito perdido, y el aire lo llevaría a planetas distantes. Pero me da pena que todo fuera un sueño, pero un sueño hermoso. ¿No les parece? Fidel Dolorier (9 anos).

Y éste otro:
TÚPACAMARU
Me iré al Cuzco, a la plaza del Cuzco, cuando llegue diré llorando (Pensamiento): "Aquí murió Túpac Amaru. Aquí dejó su cuerpo, aquí dejó su fuerza, aquí dejó su sangre"; cuando dije sangre, agarré un cuchillo y me corté la piel y la junté con la sangre de Túpac Amaru. Jorge Acuña Rázuri (9 años).

18. Un quinto saber:
el saber crear

A los cuatro saberes ya consagrados, desde que se menciona y apela a ellos en el informe de Jacques Delors de la Unesco, y que son el saber ser, hacer, convivir y conocer, se desprende y evidencia del estudio e investigación de Milcíades un quinto saber que cada día resulta más urgente desarrollar en el mundo competitivo, tecnológico y acelerado en que vivimos: el saber crear, adonde desembocan los otros saberes, puesto que crear constituyen la cima y la síntesis de todos ellos.
Hacia aquel supremo saber arriba el aporte de Milcíades Hidalgo quien como hombre de Universidad ha ocupado el cargo más alto al cual puede aspirar un profesional de vocación y de talento: el de Rector de la Universidad Nacional de Educación “La Cantuta”, creada por el insigne José Antonio Encinas y dirigida por hombres de la talla de Walter Peñaloza y de Juan José Vega.
Pero –reconociendo que es muy destacado y meritorio dicho cargo– creo que todos nosotros estaremos de acuerdo en otorgar mayor valor a lo que un hombre que elige un campo del conocimiento o del saber puede contribuir al desarrollo fundamental de dicho ámbito.
Y ello no solo a través de la animación constante, ofreciendo conferencias, publicando artículos, y participando en eventos variados, sino dando nitidez y coherencia a toda una filosofía de la educación que hace recaer su eje en algo fundamental como es el lenguaje implementando un corpus científico sólido y completo sobre la expresión escrita y con ello a la enseñanza–aprendizaje del lenguaje.

19. Toda pedagogía autentica
subvierte

Sin embargo, hay que estar conscientes que el espíritu y la actitud creativa del hombre son peligrosos para quienes se favorecen con el poder y la riqueza, puesto que innovar, tener expresión libre, idear aunque sea una ingeniosa y breve metáfora es atentar contra el orden establecido.
Innovar es socavar las estructuras favorables para los intereses de los pocos que viven haciendo uso de prebendas en nuestro país pero que resultan nefastas para las grandes mayorías; orden de cosas que no debemos olvidarnos ni deponer el propósito de que tienen necesariamente que cambiar.
Aunque ahora la clase dominante, como no le conviene parecer el lobo de los cuentos sino ponerse el disfraz de cordero en vez de oponerse y combatir banaliza y adultera, hace sosas las prácticas de creatividad con esas composiciones irrelevantes que se hacen sobre cualquier cosa.
Toda pedagogía auténtica de la creatividad subvierte, transforma, altera los cánones, las jerarquías, las clases sociales, de allí que siempre intentarán negarla, y cerrarle el paso, llenarle la boca de piedras. En la perspectiva de cambiar nuestra realidad se ubica el pensamiento y la doctrina que alienta Milcíades y que coincide plenamente con los altos fines que alienta y anima a la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.

20. Breve
nota de vida

Nació Milcíades Hidalgo Cabrera nació en Canta en el departamento de Lima, el 1 de mayo de 1935. Estudió en la Escuela Primaria 421 de su pueblo natal y secundaria en el Colegio Nacional Gabriel Moreno e Hipólito Unanue de Lima.
Sus estudios profesionales los hizo en la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la Especialidad de Lengua y Literatura, graduándose de Doctor en Educación en 1975.
Ha sido profesor en el Instituto Pedagógico Nacional, en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, Director General de los planteles de aplicación de esa casa de estudios, Director de Investigación y Rector en el período 1985-1990.
Asimismo, ha sido profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y de la Escuela de Postgrado de la Universidad Ricardo Palma en la especialidad de Educación por el Arte.
Se le confirió el Diploma de Honor al Mérito, como Especialista en Creatividad, por el Instituto del Libro y la Lectura que me honro en presidir, en el año 1992. Ha recibido las Palmas Magisteriales en el Grado de Maestro, en el año 1990. Actualmente es director del Colegio Particular Santa María de Mazzarello.

Conclusión
Y epílogo

Para concluir, quisiera hacerlo con un fragmento del poema del poeta Ignazio Buttila, que dice:
"Encadenad
a un pueblo
despojarle
taparle los ojos,
todavía es libre.
Privarle de su trabajo,
de su pasaporte
de la mesa donde come
del lecho donde duerme
y todavía es rico
Un pueblo
se vuelve pobre y esclavo,
cuando le roban la lengua
heredada de sus padres.
Con la cual canta, baila
y proclama su libertad sobre la tierra.

A defender esos ejes trascendentales del desarrollo humano y social se dedica Milcíades Hidalgo asumiendo todas las consignas.
Recibámoslo con un caluroso aplauso en la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil a la cual honra con su presencia y que se honra de contarlo a partir de ahora como uno de sus miembros natos. Por todo ello: ¡Honor y gloria!

¡Muchas gracias!

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