lunes, 21 de noviembre de 2011

TRES DECADAS DE LITERATURA INFANTIL Y EL PROCESO CONTINUA


Por:Roberto Rosario Vidal

Dra. Gaby Arce Muñoz, Presidenta de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, Dramaturga Miriam Reátegui, Presidenta de la APLIJ Lima, escritores homenajeados Laura Hernández Muñoz (México) y Luis Alberto Calderón Albarracín, Escritores, escritoras, docentes, estudiantes, amigos participantes en el XXX Encuentro Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

Es motivo de felicidad indescriptible el honor de compartir este escenario con los escritores más destacados del país, varios de ellos protagonistas del Primer Encuentro Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, realizado el año 1982 en la ciudad de Lima y gestores de los Encuentros Literarios más importantes realizados, en la magnánima y culta tierra de Mariano Melgar.

Gracias al tesón de la Presidenta de la APLIJ y al apoyo indesmayable del selecto grupo de intelectuales arequipeños que la acompañan, hoy podemos reconocer la imagen de las personalidades que por su entrega intelectual a favor del desarrollo del arte y la literatura a favor de la niñez y la juventud, muestran rejuvenecido espíritu que augura muchos y mejores frutos literarios.

Deseo aprovechar este espacio para saludar a los escritores procedentes de países hermanos, donde sus obras son semillas que estimulan la sensibilidad literaria de niños y jóvenes.

Bienvenidos embajadores culturales de nuestra América y gracias por el esfuerzo de viajar desde tan lejos, para compartir sus experiencias con nosotros.

Dadas las circunstancias que nos reúnen, el hecho histórico sin precedentes en nuestro país, como es la celebración de treinta encuentros nacionales de escritores, sin auspicio oficial, sin presupuesto público, sin interrupción inclusive en los difíciles años de los conflictos internos del país, en mi calidad de responsable de la organización del Primer Encuentro Nacional realizado tres decenios atrás, con la anuencia de ustedes quisiera hacer un alto en el camino, para efectuar un balance del acontecer literario, de la evolución y desarrollo de la literatura infantil, desde ese lejano mes de octubre de 1982.
1. Proceso de la literatura infantil
Hace diez años, en las postrimerías del siglo pasado reconocíamos que la literatura infantil era relativamente reciente, aún cuando sus orígenes se remontaban a la tradición oral cuyo destinatario no siendo los niños, a falta de obras literarias expresamente escritas para ellos, los niños fueron haciéndolas suyas. La escritora cubana Alga Marina Elizagaray, decía con acierto al respecto: “El niño ha tenido que nutrirse con la migaja del banquete literario de los adultos…”

Este episodio es comprensible porque hasta bien entrado el siglo XX, no se concebía al niño con características diferenciadas del adulto, con peculiaridades psicológicas y sociales distintas, como ser en proceso de desarrollo, con conductas, comportamientos, necesidades e intereses diferentes a los adultos. El niño era considerado un homúnculo, un adulto pequeño.

Con la difusión de los estudios sobre la psicología evolutiva de Jean Piaget, el desarrollo de la pedagogía infantil, el nacimiento de la pediatría, la declaración de los derechos del niño y con ésta el nacimiento del derecho de menores, todo ocurrido el siglo pasado, bien podemos afirmar, que el niño es un invento del siglo XX.

Estos hechos históricos referidos al interés por el niño, justifican el tardío inicio de la literatura infantil en nuestra patria, afirmación que no desconoce, ya lo dijimos, el valor e importancia del folklore y la tradición oral, fuentes primigenias de la literatura infantil.
En el ensayo "Proceso de la literatura infantil en el Perú" publicado el año 2000, proponíamos cuatro etapas que enmarcan el desarrollo histórico de la literatura para niños: Pioneros, consolidación, avance y generalización. Pensamos que se mantiene vigente la propuesta, sin embargo es preciso agregar una etapa referida a la proyección. Es decir, determinar a dónde pretendemos llegar, qué se avizora en el futuro, cuál será la tendencia de la literatura para niños.
Veamos el discurrir histórico de la literatura infantil peruana:

PIONEROS (1929 – 1939)
Alida Elguera Mac Parlin (Lima, 1896-1988), autora del libro de cuentos Juguetes (1929), es sin lugar a dudas la pionera de la narración infantil en el Perú. La publicación del libro de cuentos Juguetes fue saludado con algarabía por destacados escritores de la época y sin duda, con no menor satisfacción por los niños limeños, carentes hasta entonces de obras literarias escritas expresamente para ellos. José Gálvez comentó la aparición de Juguetes en el diario El mercurio peruano de la siguiente manera: “Maravilloso resorte que hace saltar la imaginación de los pueblos y de los niños...” Alberto Ureta, en la Nueva Revista Peruana dijo: “Es el encanto de un estilo dulce, suave, de un lenguaje familiar y sencillo, pero rico en imágenes y colores...”

Juguetes es un libro de cuentos ágil, entretenido, ameno; sin embargo su temática citadina muestra la forma de vida de niños de un grupo social minoritario, que bien podríamos encontrar en sociedades bonaerenses o españolas, por lo que podemos decir que no refleja las características de la generalidad de los niños del Perú. El mérito del libro radica sin embargo, en ser el primer libro de cuentos escrito para niños que se publicó en el Perú, iniciativa que desinhibe y motiva a publicar, a escritores que suponemos, tenían trabajos literarios para niños, pero que no se atrevían a hacer público.

Un año después, en 1930, Angélica Palma, hija del ilustre tradicionista Ricardo Palma publica el bello compendio de relatos denominado Contando cuentos, hecho que confirma nuestra hipótesis.

La poesía infantil tiene en Luis Valle Goicochea (La Soledad, Pataz, La Libertad 1911 – Lima 1953) a uno de sus primeros y principales representantes. En 1932 publica Las canciones de Rinono y Papagil y en 1943 Marianita Coronel. El doctor Aurelio Miró Quesada, dice refiriéndose a este libro: “Todo en Las canciones de Rinono y Papagil era simple, natural, candoroso. La ingenuidad no tenía doble fondo...”. Este libro es considerado el primer poemario para niños publicado en el Perú.

Rinono canta de nuevo
para que te oiga la Rarra,
vuelan flores y gallitos
de papel por la mañana.

Papagil está esperando
en la puerta de la casa
y en la espera se le vuelve
flor, espuma, nube, el alma.

De: Romance de Papagil.

En 1937 el educador José Portugal Catacora (Acora-Puno, 1911- Lima 1998), entrega el libro de cuentos Niños del Kollao. En 1938 Lucila Larrabure Price, publica Mis doce cuentos de colores.

En 1939 sale a luz el poemario Rayuelo de Abraham Arias Larreta (Trujillo, 1914 – Estados Unidos de Norte América, 1980) libro que ha tenido más difusión en el extranjero que en el Perú, habiendo alcanzado, hasta donde tenemos información, diez ediciones en castellano e inglés.

Rayuelo es un regalo espiritual que da verdadera gana de retornar a la infancia y en la solemnidad de esta sala, no puedo dejar de compartir con ustedes fragmentos del poema Tori - torito:

Sal a la pampa
toro “flor de haba”,
tori-torito
torito sal.

Del monte surge
su brava estampa.
Erguida otea
todo el confín.

La pampa entera
brilla en tus ojos,
sobre tus cuernos
retumba el sol.

…….
Torito acá
torito allá
está espumando
tu boca ya.
Sobre tus cuernos
solo se enreda,
se enreda y silba
el ventarrón.
…..

CONSOLIDACIÓN (1940 – 1950).
En el período comprendido entre 1940 – 1950 se inicia el proceso de consolidación de esta joven categoría literaria, etapa plena de nombres y obras de importancia, de planteamientos concretos y labor fecunda.

Catalina Recavarren de Zizold (Barranco, 1904 – Lima, 1992) publica en 1941 el poemario Ronda en el patio redondo, libro que recuerda en cada verso-son, la melodiosa comunión de poesía y música.

Jorge Ortiz Dueñas (Chancay, 1917- Lima-1998) entrega el bello poemario La canción menuda (1945) con prólogo de Francisco Izquierdo Ríos: Tiempo después, en 1982 presenta Las Plumas del Nido que incluye gran parte de los poemas publicados en su primer libro y otros poemas, producto de su larga y proficua labor creadora.

Bello el metafórico poema, Barredor de mar, de Jorge Ortiz Dueñas:

Remero en su bote
barriendo…barriendo
con sus dos escobas
las aguas del mar.

Como ese que pasa
barriendo…barriendo…
Yo quiero ser, papi,
barredor de mar.

Carlota Carvallo de Núñez (Lima, 1909 – 1980) es toda una institución en la Literatura Infantil. Con su vasta producción literaria, perseverante labor de promoción de la literatura para niños, todavía incomprendida y marginada en su época, tiene sitial cimero. Cota Carvallo, como se le conocía afectuosamente, publica en 1947 Rutsi, el Pequeño Alucinado, una de las más apreciadas obras narrativas escritas para niños. En 1952 publica Arbolito, en 1958 El Pájaro Niño, en 1966 Cuentos Peruanos, en 1968 Cuentos Fantásticos y en 1973 Cuentos de Navidad.

Palomita de los montes
palomita cuculí,
tienes un canto tan triste
¿Qué es lo que te hace sufrir?

Escondida entre los sauces
que dan sombra a mi jardín,
me repites largamente
tu cantito ¡Cuculí!

¿Por qué no cambias de tono?
¿Por qué no lo haces por mí.
y hoy me cantas algo alegre,
palomita cuculí?

De: La cuculi


Francisco Izquierdo Ríos (Saposoa – San Martín, 1910 – Lima, 1981) es otra de las altas figuras de la literatura infantil nacional. En 1947 publica Mitos, Leyendas y Cuentos Peruanos con el prólogo de José María Arguedas, producto de un riguroso trabajo de recopilación y rescate de la tradición folklórica que paulatinamente se va perdiendo con el avance del urbanismo y la penetración descontrolada de los medios de comunicación. No requieren presentación ni mayor comentario sus libros, que llenaron de gozo a niños de más de una generación: Cuentos del Tío Doroteo (1950), Papagayo, el Amigo de los Niños, poesía (1952), El Árbol Blanco, cuentos (1963), Cuentos de Adán Torres y El Colibrí con Cola de Pavo Real (1965).


Juguemos a la ronda,
muchachitos de la Costa.

En esta bella mañana,
muchachitos de la montaña.

¡Qué linda es nuestra tierra,
muchachitos de la sierra!

Mar, árbol y escarpa
forman nuestra patria.

En la cumbre del ande,
bailemos muy contentos,
por nuestra Patria grande,
a sol, niebla y viento.
De: La ronda peruana.
Carlota Carvallo de Núñez y Francisco Izquierdo Ríos fueron los escritores más prolíficos y vigorosos de la literatura infantil peruana del siglo XX. Ambos sentaron las bases pedagógico - literarias de la literatura infantil, contribuyendo a la consolidación de este género.
La apreciación crítica de Francisco Izquierdo Ríos sobre Literatura Infantil, la encontramos fresca y sincera en el ensayo La Literatura Infantil en el Perú (1969), libro publicado por la Casa de la Cultura. La opinión de Carlota Carvallo de Núñez se publica en el estudio Papel de la Literatura Infantil (1967) publicado por el Consejo Nacional de Menores. Ambos ensayos demuestran que Pancho Izquierdo y Cota Carvallo, no sólo fueron excelentes creadores de obras poéticas y narrativas, sino que también, desarrollaron análisis y crítica respecto a la literatura infantil en el Perú.

AVANCE Y DESARROLLO (1950 – 1970).
Entre los años 1950-1960, la producción literaria se torna nuevamente individual. Sentadas las bases de la literatura infantil, los escritores, no distantes generacionalmente de los pioneros y encargados de la consolidación, salen a la palestra con frescas piezas poéticas y narrativas que son deleite de los niños. Teófilo Maguiña Cueva (Huari – Ancash, 1922-Lima, 1996) publica el poemario escolar Rima rima (1956). Posteriormente, en 1963, el libro de cuentos Muy cerca al cielo, Poesía para niños (1967) y Antología del teatro escolar (1968).

Mario Florián (Contumazá, Cajamarca 1917- Lima, 1989) publica Poemas para niños (1956) donde aparece la inolvidable Canción de la O. Pero antes, en el libro Tono de Fauna (1940), compendia poemas con natural ternura andina, que borbotea como los manantiales andinos, música tenue y transparente: Venadito de los montes, Lluvia y sol, La culebra y la Huarma, Paloma India, Trigal de Oro, La Niña y el Tuku, La Pasña y el Arco Iris, Amigo ausente, Finita llama y Vizcacha lunada. En 1961 publica Antología de Poesía para Niños, obra considerada como la primera antología de poesía infantil publicada en el Perú. En Urpi (1994), encontramos el hermoso poema Pastorala:

Pastorala
Pastorala,
más hermosa que la luz de la nieve,
más que la luz del agua enamorada,
más que la luz bailando en los arcos iris.

Pastorala
Pastorala,
¿Qué labio de cuculí es más dulce,
que lágrima de quena más mielada,
que tu canto que cae como lluvia
pequeña -pequeñita- sobre flores?
…..

La década de 1960–1970 es el período de afianzamiento. Surgen importantes voces poéticas y narradores, cuyas obras trascienden los linderos nacionales, tal el caso del escritor Marcos Yauri Montero (Huaraz, 1930) que en 1960 publica el libro de leyendas y cuentos ancashinos Ganchiscocha. Posteriormente entrega: Waracuy: Nuevas Leyendas Peruanas (1960) y Leyendas Ancashinas (1979). Marcos Yauri figura en importantes antologías extranjeras de literatura infantil, conjuntamente con Francisco Izquierdo Ríos y Carlota Carvallo de Núñez.
Amalia Alayza de Gamio (Lima, 1916), es autora de los libros de cuentos El Pastorcito de los Andes (1962), Aventuras en Machu Picchu (1963) y Hubo una vez un imperio feliz (1964). Todos con presentación ilustrada y tapas de cartón.

Enriqueta Herrera Gray (Lima, 1915) es autora de Leyendas y Fábulas Peruanas (1963). Javier Sologuren (Lima, 1922-2004), publica en 1964 la antología universal Cuentos y Leyendas Infantiles; Jorge Díaz Herrera (Cajamarca, 1941) es autor de Los duendes buenos, teatro (1965) y Parque de Leyendas, cuentos (1977).
Rosa Cerna Guardia (Huaraz, 1926) otra de las figuras representativas de la Literatura Infantil, es autora de la novela para niños Los días de carbón (1966), libro con el que obtiene el premio Juan Volatín. Posteriormente publica, El hombre de paja (1973). Una flor de cuentos (1993). La niña de las trenzas azules, Los niños del Perú y sus poetas (1976) y Fablillas en el pesebre (1994). Rosa Cerna, conjuntamente con Francisco Izquierdo Ríos y Carlota Carvallo, constituyen un hito en el proceso de la literatura infantil peruana.

Yo tengo un árbol
tumburilindo
de hojas tumburiverdes
y de frutos tumburidulces.

Cuando llega el otoño
madura
y por un tiempo tumburilargo
nos regala sus frutas
tumburiricas.

De: El tumbo.

Matilde Indacochea Pejoves (Barranco, 1935), autora de los ensayos Bibliografía de Literatura Infantil Peruana (1966) y Literatura Infantil (1958), estudios oportunos que señalaron el camino recorrido hasta entonces.
El escritor César Vega Herrera, extraordinario dramaturgo y narrador (Arequipa 1936), por su obra La noche de los spunkros (1969) obtiene el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “José María Arguedas”. Luego publica Pasakón (1976), El genio de la quebrada (1985) y El soldadito de plomo (1988).
Rosa María Rojas Guerrero (Lima 1910-1983) autora de Letras juncales (1975), libro de poemas, teatro y cuentos, acredita como bien afirma la autora la doble idoneidad y solvencia de educador y artista. Rosa María publica tardíamente sus trabajos, sin embargo el dominio del arte poética y oficio de escritora la convierten en una de las más importantes escritoras de su época. Son poemas magistrales Carolina caracol y El festín de perenceja. A continuación un fragmento de este último:

Comadreja perenceja,
sabandija paticoja,
que se acerca, que se aleja,
que se estira que se afloja.

¿Que hace allí la rapaceja?
¿Qué de bueno se le antoja,
por la triste choza vieja
que a tan pobre gente aloja?

No es, por cierto, que trabaja,
con tan terca idea fija,
por ridícula migaja
ni por mísera cobija.

¡Adivina, adivinaja!
¿Qué persigue tan prolija,
hasta que halla, entre la paja,
del tejado, una rendija?
…..
De: El festín de perenceja.

GENERALIZACIÓN (1980 – 2000).
La década del ochenta es el período de generalización de la literatura infantil peruana. Hay gran despliegue de actividades: Concursos. Creación de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil. Encuentros de escritores. Congresos. Publicación de obras de creación y ensayos sobre literatura infantil.
Interpretamos que este proceso es consecuencia de una larga década de maduración y decantación de ideas y experiencias a raíz de la Reforma Educativa de los años setenta, período en el que surgen poetas y narradores contestatarios. Movimientos que pretenden romper con el centralismo cultural. Difusión de la pedagogía de la liberación de Paulo Freire, la psicología evolutiva de Piaget, el cuestionamiento de la influencia de los medios masivos de comunicación, y, la celebración del Año Internacional del Niño en 1979 que reconoce al niño, como sujeto prevalente de la educación y el derecho.
El país, luego de una década de dictadura militar, retorna a la vida democrática.
El escritor Jesús Cabel en el histórico ensayo Literatura infantil en el Perú, debate y alternativa, publicado el año 1981, luego de acuciosa investigación menciona la publicación en el Perú de sólo 101 libros para niños. Cifra reveladora de la poca importancia que se daba a la producción literaria orientada al público infantil. Si a esto sumamos el reducido tiraje de las obras, muchas de ellas editadas por los mismos autores, lo que implica deficiencias en presentación, distribución, etc., prácticamente los niños no tenían adecuadas oportunidades de lectura.
El año 1979 los intelectuales responden a la convocatoria que hicimos desde el Instituto Nacional de Protección del Menor y la Familia (INAPROMEF) para participar en los eventos programados con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño de 1959. La Comisión Nacional da a conocer las bases de tres concursos a nivel nacional: Periodismo sobre la Problemática del Niño, Cine para niños y el Concurso Nacional de Literatura Infantil.
Gran difusión y excelente respuesta. Más de un centenar de escritores procedentes de todo el país envían sus trabajos. El mismo año publiqué la Antología de poesía y cuentos La barquita de papel con los trabajos de los ganadores. Siguen llegando cartas, nuevos trabajos en prosa y en verso. Se publican los ensayos sobre literatura Infantil de los escritores Danilo Sánchez, Milciades Hidalgo, Jesús Cabel, Carlota Flores, Saniel Lozano, Luzmán Salas y Roberto Rosario.
En 1982 desde el INABIF (que había remplazado al INAPROMEF) tuve el honor de invitar a los escritores del país, al Primer Encuentro Nacional de Literatura Infantil.
La respuesta no se hace esperar. La Literatura infantil se impone ante la crítica literaria que todavía se empeña en negar su existencia y/o validez como obra literaria. El año 1982 publicamos la Antología Nacional de Literatura Infantil que reúne trabajos en prosa y en verso de los más importantes creadores del país, la mayoría de ellos participantes en el Primer Encuentro de Escritores, y asiduos concurrentes de los Encuentros posteriores, que desde entonces se realizan anualmente, en diversos departamentos y que el presente año celebramos el XXX encuentro, nada menos que en Arequipa, la ciudad blanca, como la ternura de los niños y la sensibilidad de los escritores que escriben para ellos.
Es sorprendente ver ahora la cantidad de obras literarias dedicadas a la infancia. Consideramos que la cifra mencionada por Jesús Cabel el año 1981, fácilmente se ha multiplicado por diez. Y a diferencia de lo que ocurría en las décadas anteriores, Lima ya no es el lugar donde se escribe más libros para niños.
En 1983 se realiza el Segundo Encuentro Nacional de Escritores de Literatura Infantil en la ciudad de Cajamarca bajo la conducción de los escritores Manuel Ibáñez Rosaza, Saniel Lozano y Luzmán Salas. En este evento se aprueban los Estatutos de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ) y se nombra el Comité Electoral que convoca a elecciones. La primera Junta Directiva está conformada por los escritores Milciades Hidalgo Cabrera, Eduardo de la Cruz, Iván Tello Carvajal, Magdalena Espinoza García, Martha Muñoz de Coronado, Hernán Alejos, Carlota Flores de Naveda y Roberto Rosario. El trabajo planificado y dinámico hace posible el desarrollo del movimiento y comienza el período de florecimiento, despliegue y producción literaria extraordinaria.

Los escritores fundadores del movimiento, en orden alfabético, son: Adriana Alarco de Zadra, Graciela Briceño, Jesús Cabel, Gerardo de Gracia, Eduardo de la Cruz, Alida Elguera, Carlota Flores, Jacqueline Gehri, Lola Gálvez, Livio Gómez, Orfelinda Herrera de Angeles, Milciades Hidalgo Cabrera, Manuel Ibáñez, Elmo Ledesma, Saniel Lozano, Juan Manrique Castro, Olga Manyari, Andrés Mendizábal, Elmer Moreno, Román Obregón, José Oregón, Jorge Ortíz Dueñas, Manuel Pantigoso, Jorge Pineda, Catalina Recavarren, Ernesto Ráez, Manuel Robles, Rosa María Rojas, Roberto Rosario Vidal, Danilo Sánchez, Luzmán Salas, Enrique Solano, Iván Tello Carvajal, César Toro Montalvo, Fernando Valle Buendía, César Vega Herrera, Graciela Zárate y Andrés Zevallos. A estos escritores, varios de ellos que nos acompañan desde la gloria, rendimos cálido homenaje.

A mediados de la década del ochenta, nuevos acontecimientos de índole político–social remecen las estructuras del país. Se repliega la cultura oficial, el temor y el caos adormece las iniciativas privadas, pero el movimiento de literatura infantil se fortalece y continúa, pese a la casi desestabilización del país, incapaz de abordar con inteligencia las circunstancias. Los Encuentros Nacionales de Literatura Infantil no se suspenden, por el contrario, en el Norte y en el Sur, en la Costa, en la sierra y en el oriente, crecen los testimonios de trabajo creativo. Y es precisamente en las regiones más perturbadas por el caos político, donde se encuentra mayor eco y participación de intelectuales y la respuesta de la población.
Ayacucho, Huancavelica y Junín abren sus puertas e invitan a los escritores. La respuesta es masiva. Conferencias, recitales, recepción de la población. Diálogo de escritores y niños, fiesta de la palabra, conciertos de poesía, narración y sentimientos de solidaridad. De Tacna a Tumbes. Arequipa, Ica, Lima, Ancash, La libertad, Lambayeque, Cajamarca, Cusco, Huánuco y Piura acogen una y otra vez a los escritores. El camino todavía es largo, hay mucho trecho por recorrer.
Merecen especial mención por su compromiso con el movimiento y la organización de los más importantes eventos de la APLIJ, los escritores aquí presentes:
Saniel Lozano Alvarado, cofundador de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, creador, ensayista, indesmayable Director de la revista Rayuelo, órgano oficial de la APLIJ.
Carlota Flores de Naveda, también cofundadora de la APLIJ, prestigiosa académica con sensibilidad a flor de piel e infatigable entrega creativa y pedagógica.
Marcial Molina Richter, gestor y animador de eventos históricos en circunstancias adversas en los que se fortalece nuestra organización.
Mencionar también de manera muy especial, al más presente de los ausentes, Eduardo de la Cruz Yataco, narrador, investigador, pedagogo e infatigable promotor, quien hizo de la literatura infantil una misión y vocación de servicio.
El movimiento crece. Satisface la incorporación de escritores consagrados. Pero la labor realizada, sigue siendo insuficiente, porque el nivel de lectores es todavía reducido.
El 12 de julio del año 2002 los participantes en el “I Curso Taller Internacional de Literatura Infantil y Juvenil, Por los niños del mundo, Cuba-Uruguay-Perú”, realizado en la ciudad de Huamanga, Ayacucho, convocados por el escritor Marcial Molina Richter, emiten el Manifiesto de Ayacucho Por la Unidad Cultural de Latinoamérica que expresa la necesidad de impulsar la literatura destinada a los niños, niñas y jóvenes, como medio que contribuya a la información y formación de la identidad de los pueblos, acordando crear la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil, constituida sobre la base de la creación de Academias Nacionales de Literatura Infantil y Juvenil en cada país adherente.
Desde entonces, la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil, bajo la presidencia de la Dra. Sylvia Puentes de Oyenard, poeta, narradora, ensayista natural de Uruguay, acogiendo el manifiesto de Ayacucho ha logrado constituir las Academias de Ecuador, Bolivia, Chile, Panamá, Cuba, México y Perú.
El recuento debe continuar. Durante la última década del siglo pasado y la primera década del siglo XXI, se ha producido una eclosión literaria digna de todo elogio, principalmente en lo referente a la publicación de libros para niños, tema que por su magnitud e importancia merece un capítulo aparte. Debo adelantar que en la nueva generación de escritores, destacan autores de muy alta calidad literaria y fructífera producción, que en esta oportunidad no me atrevo a mencionarlos, sino hasta madurar el estudio que esperamos presentar en el Próximo Encuentro Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, evento que se desarrollará bajo la dirección del escritor Saniel Lozano Alvarado, nuevo Presidente de la APLIJ, por el período 2012-2013.

2. PROYECCION

Los avances logrados el siglo pasado con las cuatro etapas referidas, deben considerarse a nuestro criterio, como importante período de transición, en el cual se han experimentado formas de creación literaria creativas o derivadas de experiencias tomadas de la literatura clásica.

Han surgido escritores cuyas obras, bellamente editadas deleitan a los niños desarrollando su sensibilidad y creando hábitos de lectura. Pero somos conscientes que la ciencia y la tecnología generan cada día fabulosos productos, que desafiando la imaginación crean formas de esparcimiento cada vez más novedosas, que retan a los escritores respecto al futuro del libro y la lectura. Frente a esta realidad se debe desarrollar estrategias para competir sanamente con productos que respondan a los actuales intereses de las nuevas generaciones.
Entonces es oportuno preguntarnos hacia donde nos proyectamos y qué se pretende lograr en el futuro. ¿Seguirá teniendo primacía la literatura hecha por adultos, de manera expresa o sin proponerse? ¿Se dará mayor importancia a la opinión de los niños, sobre sus gustos e intereses literarios? ¿Los niños se convertirán en gestores de sus propios libros e interactuarán en su elaboración?
De pronto el acelerado desarrollo de la ciencia, ha modificado las formas de vida, gustos y costumbres de la humanidad (principalmente de los niños y jóvenes), sentimos como que el futuro nos pisa los talones. De pronto el futuro es hoy y los niños no son los mismos de antes. Esto exige un replanteo del accionar de educadores, escritores, científicos y filósofos. ¿Hasta cuándo los niños van a ser receptores pasivos de las buenas intenciones de los adultos que creen interpretar sus intereses?

Se avizoran nuevos retos. Los cambios profundos y las innovaciones son irreversibles, la literatura en general y la literatura infantil en particular, merecen urgente análisis. Crítica sincera.
La literatura como todas las artes es dinámica, en cuanto a su concepción y realización. Las propuestas creativas de Eduardo de la Cruz, Manuel Pantigoso, Milciades Hidalgo, Jorge Eslava... son múltiples y complementan los estudios y experiencias de Giani Rodari y Vladimir Propp. La interacción del niño con la computadora e internet, permite experimentar situaciones motivadoras múltiples, para la creación de textos que es probable que en el futuro propongan resultados de innegable calidad. Imaginamos softwares interactivos para crear, corregir y criticar textos. Para diseñar juegos verbales en todas sus formas: adivinanzas, trabalenguas, cada cual más novedosas e imaginativas. Como en las jugadas de ajedrez asistidas por computadora, el escritor o el docente con motivación literaria, se constituirá en animador de las experiencias creativas. El niño tomará un rol activo en sus ejercicios de creación e interpretación de textos.

Esto no significa sin embargo que dichos textos sean obras literarias, porque la literatura exige estudio, trabajo sistemático, oficio. Por eso consideramos loable que las personas con sensibilidad literaria dediquen su obra a los niños, a condición de que no renuncien a los principios que la hacen literatura.

Este es un tema muy delicado. Con el rótulo de literatura infantil muchos autores publican textos de lectura, material de indudable valor didáctico, pero que no necesariamente reúnen el requisito que planteaba Francisco Izquierdo Ríos, para ser una obra de arte: ser capaz de crear goce estético, deleite espiritual. Además, en países como el nuestro, con una herencia cultural ancestral, debemos rescatar ese rico acervo, donde el niño tenga oportunidad de encontrar sus inquietudes en su propio lenguaje y fusionar sus deseos y aspiraciones. Principalmente en sus primeras lecturas donde debe estar el Perú, su patria, fuente y razón de su peruanidad, que más tarde reforzará su identidad nacional. ¡Qué bellos e inolvidables son los recuerdos de infancia que Bryce transcribe en Un mundo para Julius, y Arguedas en Agua, donde publica los escoleros, warma kuyay, entre otros cuentos!

De otro lado, como decía el escritor venezolano Efraín Subero “la literatura infantil no está hecha para satisfacer vanidades personales, simples deseos de figuración y vanagloria”. Las obras literarias dedicadas a los niños, de manera expresa o no, deben ser en primer término, “literatura” y responder a las necesidades e intereses de los niños, satisfacer su gusto estético, tarea muy difícil pero no imposible, si consideramos la aptitud de cambio del escritor, un espíritu renovador, acorde con el proceso social de la cultura.

La literatura infantil en tanto obra literaria, pensamos que tiene futuro asegurado. Mientras existan niños, habrá fantasía y la exigencia permanente de pintar ángeles que velen sus sueños, canciones de cuna que adormezcan sus párpados como lluvia de pétalos multicolores o pajarillos traviesos que revoloteen en su ventana.

Larga vida a la literatura infantil.


Arequipa, 19 de noviembre del 2011.


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ROBERTO ROSARIO VIDAL
Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil. Fundó la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ) y organizó el Primer Encuentro Nacional de Literatura Infantil realizado en Lima el año 1982.
Es autor de los libros de cuentos para niños El trotamundos, Shica shica de limón, El Tesoro de Kitakaiteri, Lámpara de Minero, Cuentos de Navidad, Antología Nacional de Literatura Infantil, y la antología La Barquita de Papel . Ha publicado los ensayos pedagógicos La poesía infantil y Literatura Infantil en la Educación Inicial y Básica (Ensayo con el que gana el Premio Nacional de Literatura Infantil). También el poemario para niños La casa de Cleofé. Es autor de la novela sobre temas mineros Volcán de viento y del libro de cuentos Los sudacas.
Comparte su labor literaria con el ejercicio del derecho relacionado con la protección del menor. Fue Director General de Defensa del Menor del INABIF. Director General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Justicia. Miembro de la Comisión Nacional del Año Internacional del Niño. Miembro de la Comisión Revisora del Código de Menores. Representante del Perú ante el Instituto Interamericano del Niño (OEA-Uruguay), y ha participado en las Asambleas Mundiales de Niños realizadas en Bulgaria los años 1982, 1985 y 1988.
Es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (USMP), Especialista en Administración Educativa (UL). Ms en Didáctica de l comunicación (UNE).

ME ENCUENTRAN EN:
robertorosariovidal@hotmail.com
http://www.academiaperuanalij.blogspot.com/