jueves, 5 de abril de 2012

INCORPORACION DEL DOCTOR CESAR ANGELES CABALLERO







ABRAHAM VALDELOMAR EN LA LITERATURA INFANTIL PERUANA
Por: Dr. César Angeles Caballero

Con cierta frecuencia el ilustre narrador y poeta Iqueño Abraham Valdelomar, figura entre los escritores peruanos que han incidido en la literatura para niños, mal denominada literatura infantil. Su presencia vital y entrañable marca hitos especiales de valor ecuménico.
EN LA POESÍA:Tríptico heroico
El hermano ausente en la cena pascual
A mis hermanos
La cena familiar
2. EN EL CUENTO:El Caballero Carmelo
El hipocampo de oro
El alma de los niños.
3. EN LAS CONFERENCIAS:Ideales de juventud
A los niños de Trujillo
A los niños de Arequipa.
4. EN LA PROSA POETICA
Breve historia de un pericote
5. EN EL EPISTOLARIO:A su madre
Carta pascual
Dentro de esta nominación, la presencia del niño y del joven se concretiza en el cuento “El alma de los niños” y en las conferencias: “A los niños de Trujillo” y “A los niños de Arequipa” e “Ideales de juventud”, pero también figuran referencias muy hermosas en las epístolas: “A su madre” y “Carta pascual”, como ya especificamos.

ENTRAÑA TEMATICA


A caso la pasión por la temática de literatura infantil y juvenil, se vea inicialmente reflejada y viviente en el poema tutelar “Tristitia”:
Mi padre era callado y mi madre era triste. Y la alegría nadie me la supo enseñar.
Y como la alegría nadie se la supo enseñar, ni aún su propia madre triste y su padre callado, la poesía fue su refugio y su Modus vivendi, en aquella “... “infancia que fue dulce, serena, triste y sola / se deslizó en la paz de una aldea lejana” y que a todas luces se trata de San Andrés, de los pescadores en las paradisiacas playas de Puerto Pisco, donde el horizonte es una línea de oro azul que embriaga y conduce a la más serena meditación en el contenido la vida misma, limitando el mar cantarino con el cielo metafísico, en cuyo confín:

“Por entre la multitud”
Va la esteta juventud
De pensadores vencidos

Consecuente y sereno Valdelomar añade, complementa su meditación pisqueña llena de luz y de mar endiosado:
“¡se marchaban los fuertes; la juventud se iba” (“La torre de marfil”)”. Confesión íntima revestida de recuerdos sin límites, se entiende en aquel poema de armonía luminosa y profunda entraña familiar: “A mis hermanos José, Roberto y Anfiloquio; Valdelomar estremecido, conmovido hasta los nervios que laten como sinfonía celestial, dirá confesionalmente:

De niño lloraba siempre
¿recordáis?
De niño yo tenia miedo de las sombras
¿recordáis?
De niño yo era alegre como cabretillo
¿recordáis?

(A mis hermanos José, Roberto y Anfiloquio)

De los poemas de confesión familiar constituye, quien sabe, el verso del poema “I enfant” el faro hiriente de cósmica nostalgia marina:
“…..
Llorando como un niño
…..”

Este verso crepitante de llanto entrecerrado se refleja más nítido que el mismo astro rey, cuando entona:

“Al salir del templo la niña galante
Se olvidó del niño –su primer amante
…”
(“La ofrenda de Odhar”).

Mientras vosotros bebisteis dulcemente de la majestuosidad universal, palpitarán nuestras tristezas más hondas que el silencio:
“sobre el blanco cuerpo del joven amante
……”
(“La ofrenda de Odhar”).

Este es el verdadero Valdelomar con el que soñamos en los recodos de nuestros corazones y en el palpitar metafísico de nuestras almas conjugadas por la vida y sus enigmas, infiltrados en nuestras dolientes venas, mientras los niños y jóvenes pisqueños vuelven a cantar místicamente el nombre de Abraham Valdelomar, que él ya había anticipado religiosamente: “En cada ciudad, o pueblo, o aldea o caserío, yo iba a ofrecer primero mi corazón a los niños…. Hablaba yo a los niños y sentía en sus miradas el tácito ritmo de sus almas” (“El alma de los niños”). Este es también el Valdelomar con el que tarde o temprano todos absolutamente todos, hemos soñado y continuamos soñando horizontalmente, acaso al pie del histórico mar de Pisco y ante las olas que susurran ondulantes su nombre eterno y su poesía de siglos, acumulada de gloria y eternidad, en la pervivencia de hoy, de mañana y siempre.

Muchas gracias.

Dr. César A. Ángeles Caballero
Rector de la Universidad Ciencias y Humanidades.



DISCURSO DE RECEPCIÓN DEL DOCTOR CÉSAR ÁNGELES CABALLERO COMO NUEVO MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ACADEMIA PERUANA DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL A CARGO DEL DR. MARCIAL MOLINA RICHTER

Señor Doctor Roberto Rosario Vidal, Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.
Prestigiosos Escritores Miembros de Número de la Academia Peruana mencionada.
Señora Directora de la Casa de la Literatura Peruana.
Distinguidas personalidades de la intelectualidad Peruana que honran con su presencia, este singular acto académico,
Señoras y Señores:

Es un privilegio de primer orden el dirigirme a ustedes, por encargo de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, para disertar el Discurso de Recepción al prestigioso y polifacético, escritor, maestro, autoridad universitaria, e intelectual talentoso a todas luces Dr. César Ángeles Caballero, con motivo de su incorporación con todos los honores del caso, como Miembro de Número de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.

Este acto académico importante que nos congrega, tiene una especial significación para la intelectualidad nacional y en particular para la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, por cuanto se nos convoca a la Incorporación singular y merecida, como acto de justicia, a quien, entregó su vida por la creación, la investigación, la administración educativa, el ejercicio de la docencia en todos los niveles educativos, particularmente en la Educación Superior Universitaria, y que en todos ellos supo impregnar su sello personal, su humanismo, su infatigable labor de docencia desde los niveles primarios hasta el Superior, investigación proficua, metódica y trascendente, creador, humanista, investigador, y en todos los roles humanos que la sociedad a través de sus diversas instituciones le encargó:
Singular y noble tarea, para un hombre noble, capaz, modesto, como lo es el Dr. César Ángeles Caballero: Dr. en Literatura, Dr. en Periodismo, Miembro de Honor de la Academia Peruana del Pisco, Catedrático, Investigador, Crítico Literario, Periodista y Escritor... Él nació en Caraz (Ancash), el 11 de noviembre de 1923. Egresado del Colegio Dos de Mayo de su pueblo natal, del que se traslada a Lima, donde ingresa a La Pontificia Universidad Católica del Perú, donde obtiene su Título de Profesor en Educación Secundaria en 1946. Luego su grado de Doctor en Literatura en 1954, con su trabajo "La gramática Quechua de Juan Aguilar", así como también su diploma de periodista en 1966,
Pero ese merecido reconocimiento al insigne maestro, aún es insuficiente, dada la dimensión de sus aportes intelectuales. De ahí que considero como un acto necesario y trascendente la decisión tomada por la Directiva Nacional de la Academia Peruana de Literatura Infantil de incorporarlo como su ilustre Miembro de Número.
En el país son numerosas las instituciones educativas, académicas, sociales, culturales y aún políticas, que no dejan de ocuparse de él, como uno de los intelectuales más reconocidos en todos ámbitos de su desempeño profesional, académica, investigativa, creativa y sobre todo promotora; cualidades que lo configuran como uno de los destacados exponentes de la educación y cultura, del profesionalismo y la investigación, y en especial de la defensa de nuestra peruanidad, por los que diversas instituciones lo consideran sin equívocos como un valor nacional, e internacional, pues representa, sine qua non, nuestro referente desde un ángulo polifacético.
El Dr. César Ángeles Caballero, constituye una de las ilustres personalidades que ha recibido numerosas distinciones de diversas Instituciones profesionales, académicas, sociales y culturales, en reconocimiento a su vasta creación como Maestro Universitario en todos los niveles de la Educación Peruana, escritor prolijo, crítico, ensayista, autoridad académica y universitaria, infatigable investigador, periodista, promotor de la cultura y entrañable amigo de los pueblos del país que recorrió para auscultar y recopilar materiales que sustentaron sus investigaciones y publicaciones en su condición de maestro, creador, investigador, autoridad universitaria, ensayista, periodista y hombre de bien...Distinciones, que reafirman que en un país amnésico para nuestra cultura, supo darle merecidos laureles al maestro César Ángeles Caballero. He aquí algunas muestras de nuestra categórica afirmación:
- Primera Mención Honrosa en el Premio Nacional de Literatura Manuel González Prada, por su ensayo "César Vallejo, su obra"
- Medalla de Oro y Diploma del Consejo Provincial de Huaylas por el libro: "Literatura de Ancash"
- Condecorado con las Palmas Magisteriales del Perú en 1986, en el Grado de Maestro Comendador.
- Declarado como Hijo Predilecto de Ica, por su "brillante desempeño como Rector y sus dotes intelectuales en el campo de la Educación y las letras, por el Conejo Provincial de Ica.
- Rector emérito de la Universidad San Luis Gonzaga de Ica.

Señoras y Señores, lo enunciado, hasta aquí, es apenas una muestra pálida de la trascendencia y dimensión intelectual del Doctor César Ángeles Caballero, pero hago un alto especial para referirme a una de sus facetas de resonancia intelectual a favor de los niños del país, porque es uno de los precursores de la Literatura Infantil en el Perú. El Dr. César Ángeles, en una entrevista sobre la Literatura Infantil en el Perú, responde que el iniciador silencioso fue el distinguido periodista, y escritor Antonio Olivas Caldas, quien en 1956, lanzó la idea de fundar El Instituto Peruano de Literatura Infantil. Más adelante en el diario "La Crónica", señaló los alcances, objetivos y tareas a cumplirse y además pergeñó una bibliografía de los escritores que hasta entonces habían laborado aisladamente. Lamentablemente esa idea quedó sólo en los reportajes, en la noticia periodística y en la anécdota, hasta que Jesús Cabel Moscoso y Roberto Rosario Vidal - quienes nos acompañan en este notable acto académico- tomaron con férrea decisión esta magnífica iniciativa.
No obstante en esta parte de la reseña, quiero destacar ineludiblemente la señera figura de la Maestra y poeta, ayacuchana, doña Orfelinda Herrera Córdova, compañera infatigable del Maestro César Ángeles, cuya poesía dirigida al mundo de los niños, está impregnada de ternura, dulzura infinita, amor, mundo y esperanza, llena de imagines, sueños y visiones, colores y sonidos musicales andinos, que pueblan el universo de nuestros niños del Perú Profundo que trasciende las fronteras del país y la universaliza. Ella, supo darle esa ternura, a César, para que su visión de poeta y maestra trascienda en su obra.
En circunstancias como éstas, el tiempo apremia, la emoción nos enternece, las palabras son cortas y las ideas se agolpan incesantes como las olas del mar. No obstante lo dicho testimonian en sustancia y fundamentan de hecho la Incorporación del Maestro Dr. César Ángeles Caballero a la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, no sin antes testimoniar mi gratitud a los Doctores Milciades Hidalgo y Roberto Rosario Vidal, por haberme dado la oportunidad de brindarles estas palabras en tan importante ceremonia.

Muchas Gracias.

Lima, marzo de 2011.