1. SANTIAGO DE CHUCO, LA PACARINA
“Hay un lugar que yo me sé
en este mundo,…”
César Vallejo
Tras remontar la montaña, donde la naturaleza ha guardado ingentes depósitos de mineral precioso, el camino desciende apacible bordeando riachuelos transparentes, entre retazos de terrenos mágicamente dibujados con sembríos de maíz, trigo y papas, mientras los eucaliptos barren lentamente el cielo maravillosamente azul y luminoso. Pienso entonces que otros ancestros de esta gente ingeniosa, frente al cotidiano espectáculo de luz y color, no tenía otra alternativa que escoger la poesía como oficio. Sin duda los haravicos nacieron en estos parajes y los incas, sabiamente los distribuyeron en sus dominios como mitimaes del arte. El peregrino del camino a Santiago de Chuco, ve recompensados los trajines del viaje, con la visión mágica del pueblo de calles curvadas y techos rojos, que refulgen a media mañana con el sol siempre alegre, que echa una larga siesta sobre las sementeras, antes de seguir su cotidiano viaje. “Bienvenidos a Santiago de Chuco, tierra de poetas”, reza un muro en la entrada del pueblo, por donde el carro trepa a la explanada por una calle angosta, que abraza efusiva al visitante. Entonces me viene a la memoria el inmortal César Vallejo con su tristeza a cuestas. Abraham Arias Larreta recitando “que dulce dulce, desde un naranjo, gorji gorjéa el ruiseñor…” y por su puesto Danilo Sánchez, con su voz pausada, cadenciosa y profunda, todos ellos bendecidos desde la cuna, con el prodigio de la naturaleza de fiesta eterna, en los parajes soleados de Santiago de Chuco, lugar espléndido donde el visitante corre el riesgo de no querer irse jamás.
2. COMO TREN ZIGZAGUENTE EN EL EMPEDRADO
Cuántas veces doña Elvira, llamando a la hora del yantar habrá confundido el nombre de los once vástagos que nacieron en esta tierra pródiga. Cuántas veces habrá asomado la cabeza por la puerta vetusta para llamar en la calle al travieso muchacho que andaba preguntando el nombre de las cosas, la historia, las leyendas, las costumbres. Al niño que salía de una puerta y entraba al misterio. O que salía del misterio y se perdía en mil puertas.
Danilo era el segundo de casi una docena de hijos del maestro de escuela Danilo Sánchez Gambóa y doña Elvira Lihón Paredes, hijos de padres Santiaguinos que también nacieron en Santiago. Que bebieron de la fuente mágica de los manantiales, que desciende por los flancos húmedos entre las matas de hierba recién florecida, que el poeta llama “el llanto de las peñas”.
Con Juvenal, el hermano mayor, intermediario de la tradición de juegos y aventuras en la espiral de conocimiento del entorno familiar, local, distrital, cuántas veces habrán censado a los pajarillos protegiendo sus nidos, con la hondilla a la bandolera. Cuántas veces, tropezando, cayendo y perseverando en la aventura, se habrán perdido entre los montes, tras las mariposas de colores que huían hacia el barranco, allá abajo desde donde se divisa Cachicadán.
-Mamá ¿Qué significa Cachicadán?
-Donde dan sal, hijo.
Y para comprobar esta afirmación, caminando por la trocha abrupta bajaron por la quebrada atravesando el río hasta la otra banda donde el agua brota rojiza, hirviendo, de las profundidades de la tierra.
-Es la fuente termal de Cachicadan –informa Juvenal, quien ahora se interna en el cerro Botica que tiene yerbas para curar todos los males, incluyendo hasta los dolores que causa el amor.
Cuatro varones y siete mujeres fueron llegando al hogar familiar uno tras otro, cada cual con sus gracias, curiosidades, características, como la tercera hermana con su gracioso único pelo, tan largo como una hilacha de trenza abandonada.
Imaginamos la alegría bullanguera a la hora del juego, la algarabía en los paseos campestres por tan apacible Eden, cuando Danilo reclamaba estirar las narices de sus hermanitas para que no la tengan pequeña como él, antes de intentar alguna mentirilla que se la hiciera crecer como a Pinocho. Pienso que este ejercicio de fantasía lo fue convirtiendo poco a poco en el excelente narrador que la monstruosa urbe no logra apartarlo de su tierra natal, allá lejos que cada año espera su retorno con el pretexto de tributar homenaje al poeta César Vallejo, el vate más ilustre de la humanidad.
Yo que no tuve hermanos, imagino como un tren zigzaguenado por las calles silenciosas de Santiago de Chuco a la familia del maestro Danilo Sánchez Gambóa, acompañado de doña Elvira y su soberana corte: Juvenal, Danilo, Rosa, Jaime, Guillermo, Sofía, Nancy, Flor, Belinda, Jakeline y Elvira.
3. INFANCIA BULLICIOSA Y FELIZ
Dicen que Danilo desde niño fue un alumno destacado en la escuela primaria número 271 o "Centro viejo", la misma escuela donde estudion el poeta César Vallejo, los hermanos Santiago y Julio Pereda Hidalgo y Abraham y Felipe Arias Larreta. Niño con modales de adulto, pero inquieto y juguetón con sus hermanos y compañeros de clase. Un diablillo con cara de ángel o un demonio tierno como sugiere traviesa y juguetona la poeta Rosa Cerna Guardia.
Imposible comprender los alcances de la imaginación de los niños creativos que escapan de cualquier corsé social o pedagógico, cuando han sido tocados por la vara mágica del arte.
Un día, probablemente próximo a las fiestas patrias, que en su pueblo coinciden con la celebración del patrón Santiago, Danilo se propuso construir el farol más grande del mundo.
-¿Harás un avión? –preguntaron sus hermanos menores.
-No –respondió Danilo.
-¿Una estrella?
-Tampoco. Haremos un cometa. El cometa Halley ¿qué les parece?, pero grande, muy grande.
-¿Del tamaño de este espejo? –indagó el más pequeño.
-¡Más grande!
-¿Del tamaño de esta mesa?
-Más grande todavía
La madre que a esa hora servía el almuerzo movió la cabeza preocupada, pensando que su engreído se había vuelto loco.
-¿Del tamaño de esta casa? Seguía preguntando el hermanito menor, entusiasmado.
-Más grande –respondía Danilo.
-¿Del tamaño de Santiago de Chuco. Del Perú, del mundo?
-¡Eso! Del tamaño del mundo.
Sería la antorcha más grande que vez alguna paseó por las angostas calles de Santiago, aunque la escasez de cañas hizo que redujeran las expectativas, pero fue tan grande que tuvieron que sacarla de la casa por el techo y la cargaron todos los niños que no tenían faroles.
Danilo participaba en cuanta ceremonia cívica que se realizaba en Santiago de Chuco. Había declamando los poemas aprendidos, empinando para hacer escuchar su voz. Representando a personajes niños en las veladas literario-musicales que escenificaban en el local municipal, cantando a dúo con su hermano mayor en la orquesta magisterial Ollantay que dirigía su padre o tocando con entusiasmo la tarola de la banda de guerra de la escuela 271, donde culminó con honores esta primera etapa de su vida formativa.
Cursó la educación secundaria en el colegio Santiago El Mayor que más tarde, cuando Danilo estaba en el tercer año recién tomaría el nombre del vate César Vallejo. En sus libros La piedra bruja, Camino de Santiago y Mi tierra clavada en el alma, el poeta recuerda con melancolía los años felices de su infancia y adolescencia en su tierra natal, lugar del que si algún día partió físicamente en busca de mejores horizontes, al parecer, jamás abandonó en la memoria, los recuerdos que reproducen con añoranza los incontables libros que publica sobre esta tierra maravillosa.
4. LA UNIVERSIDAD Y LA GENERACION DEL EXILIO
Danilo ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde obtuvo la Licenciatura en Literaturas Hispánicas y posteriormente hizo estudios de especialización en Madrid, España.
Su vida universitaria fue intensa y fructífera.
Estamos seguros que cuando termine sus memorias de infancia y primera juventud en su pueblo natal, que ojalá continúe todavía buen tiempo, por lo ricas, aleccionadoras y tan bellamente poéticas, Danilo se dará tiempo para testimoniar la infinidad de esfuerzos realizados animando eventos, estimulando vocaciones, publicando plaquetas y revistas literarias, motivando movimientos y ejerciendo su vocación de poeta. De esta época datan los poemarios Las actas (1969), Scorpius (1972), Crío una mosca (1978), Ciudad irreal (1990), De tripas corazón (1998), Acción de gracias (2000), siendo su más reciente libro de poesías Para vivir en otra eternidad, publicado el año 2007.
En la UNMSM Danilo Sánchez formó en la década del sesenta el círculo literario "Piélago", que editó la revista del mismo nombre que llegó a publicar diez números.
El poeta Hildebrando Pérez recuerda que en el Patio de Letras de San Marcos, se reunía con Juan Ojeda, Danilo Sánchez, Julio Nelson, Juan Cristóbal, Ricardo Ráez, Andrés Cloud y tantos buenos amigos, “con quienes hablábamos –dice- sobre Vallejo, Neruda, Rimbaud, San Juan de la Cruz, Rilke, Trakl, Machado, Hernández, Kafka, Proust, Brecht, Mariátegui, Marx y Lenin, y la ascensión de las luchas campesinas en el Perú y Javier Heraud …
Fundó la revista “Gesta” el año 1965, Gárgola en 1970 y perteneció a la llamada “generación del exilio” con Juan Ojeda, Wilfredo Mesía, Hernando Núñez, Hermógenes Janampa, Carlos Tincopa, Fidel Peltroche, Julio Nelson, tanto por el éxodo de sus integrantes a otros países o a otras regiones del Perú o -como menciona el poeta Manuel Pantigoso- “cuanto por el destierro a los propios abismos interiores, desde allí, la moral del amor y de los sueños, como una manera de enfrentarse a la realidad horrízona y a las angustias existenciales y cósmicas”.
Danilo recuerda esta época decisiva en su maduración poética, diciendo: “Creo que nunca se amó y soñó en el Perú tanto como en 1965. Íbamos de las plazas a los muelles. Amanecíamos ojerosos en las bancas de los parques hablando de poesía y tareas. Llamábamos este intento, hacer poesía cosmogónica (…) Aspirábamos una forma de conocimiento del mundo, el aprendizaje de virtudes…”
5. MAESTRO EN LA REGION DE LOS ÁRBOLES
Recién graduado, entre los años 1967 a 1968 Danilo Sánchez viajó a la amazonía, interesado por conocer esta parte del territorio nacional e incorporar dicho mundo a su identidad, a su obra literaria y a fin de cumplir su misión de educador. “Trabajó en el Colegio Nacional Genaro Herrera, de Contamana, colegio en el que desplegó destacada labor docente, realizando múltiples actividades culturales”, cuenta Ramón Noriega Torero. Al parecer el paisaje de esta parte del país no impactó tanto en su labor literaria, como en su quehacer docente. Conoció la otra cara de la medalla de su patria. Las carencias económicas de la población, el abandono oficial de parte del Estado y las limitaciones culturales. Contamana, es puerto intermedio del corredor económico entre Pucallpa e Iquitos. En este siglo se vislumbran prometedores avances, sin embargo, en la época en la que laboró Danilo Sánchez, era un apacible puerto que sólo cobraba vida cuando anclaban las balsas en tránsito. En Contamana todavía se recuerda la presencia del joven profesor Danilo Sánchez, cuando siendo tutor del cuarto año de secundaria representó la obra teatral "Ollantay".
Posteriormente, mostró su interés y preocupación por elevar la calidad educativa de los estudiantes, partiendo por la capacitación del magisterio, para lo cual emprendió arduos trabajos de investigación sobre experiencias innovadoras, métodos, procedimientos, concretar productos y servir mejor a la educación y la cultura, propiciando la mejora de los servicios de documentación e información educacionales.
Esta importante labor se concreta cuando asume el cargo de Director del Centro Nacional de Documentación e Información Educativa del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la Educación (INIDE). Eran los años de la Reforma Educativa de la década del setenta, reconocida como un aporte creativo, analítico y crítico de la realidad educativa, y la propuesta de educación permanente, de educación para el trabajo y para la vida. En este período su labor se integra al pensamiento de preclaros intelectuales como Augusto Salazar Bondy, Walter Peñaloza, Leopoldo Chiappe, Emilio Barrantes, Romeo Luna Victoria y el padre Ricardo Morales, entre otros, que soñaron una educación desalienante, creativa, vital, liberadora. En este período surge el suplemento educativo URPI, el libro AMIGO, la revista EDUCACION, las ediciones de RETABLO DE PAPEL. Lamentablemente los sucesivos gobiernos, modificaron la orientación política de la educación, reactivando normas de la educación tradicional.
Danilo ha escrito pues, el libro de su vida con el ejemplo de su ser. Maestro de vocación, investigador permanente, creador de instituciones, movimientos culturales, centros de investigación. Todo lo que hace tiene que ver con pedagogía y su fin fundamental: el niño. En este contexto desarrolla una labor continua y pertinaz en el campo de la promoción del libro y la lectura, publicando obras, organizando eventos, llevando a cabo campañas, publicando libros y revistas, siendo su obra "El libro y la lectura en el Perú" la primera en su género publicada en nuestra patria.
Ha organizado comisiones de lectura en diversas ciudades, tanto de nuestro país como del extranjero, seminarios, congresos, encuentros. Ha dirigido revistas de carácter cultural, educativo y literario, tales como: RIDECAB, revista de documentación e información educacional; Tierra nuestra, revista del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional agraria; Gárgola, revista de poesía; Cuadernos del Consejo Nacional de la Universidad Peruana; Gesta, revista del Centro de estudiantes de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; la revista del CENDIE; Revista de sumarios del INIDE; Piélago, revista de Literatura; y Capulí, Vallejo y su tierra.
Ha dirigido también las revistas: EDUCACIÓN, revista del Maestro Peruano, del Ministerio de Educación, y PALABRA DE MAESTRO, revista de la Derrama Magisterial.
Fundó y dirigió Visión Futuro, revista de los niños del Perú conjuntamente con el periodista César Hildebrandt, siendo la publicación que más números ha alcanzado en publicar, pues se editaron, semana tras semana, 53 números entre marzo de 1985 y marzo de 1986.
Y como si esto fuera poco, ha entregado a los niños su propia casa, para compartir su biblioteca, hablar sobre poesía, descorrer las cortinas del mundo fantástico de la literatura, ha fundado la casa de los niños denominada El castillo de los cuentos, que es visitado frecuentemente por niños y maestros.
“Hay un lugar que yo me sé
en este mundo,…”
César Vallejo
Tras remontar la montaña, donde la naturaleza ha guardado ingentes depósitos de mineral precioso, el camino desciende apacible bordeando riachuelos transparentes, entre retazos de terrenos mágicamente dibujados con sembríos de maíz, trigo y papas, mientras los eucaliptos barren lentamente el cielo maravillosamente azul y luminoso. Pienso entonces que otros ancestros de esta gente ingeniosa, frente al cotidiano espectáculo de luz y color, no tenía otra alternativa que escoger la poesía como oficio. Sin duda los haravicos nacieron en estos parajes y los incas, sabiamente los distribuyeron en sus dominios como mitimaes del arte. El peregrino del camino a Santiago de Chuco, ve recompensados los trajines del viaje, con la visión mágica del pueblo de calles curvadas y techos rojos, que refulgen a media mañana con el sol siempre alegre, que echa una larga siesta sobre las sementeras, antes de seguir su cotidiano viaje. “Bienvenidos a Santiago de Chuco, tierra de poetas”, reza un muro en la entrada del pueblo, por donde el carro trepa a la explanada por una calle angosta, que abraza efusiva al visitante. Entonces me viene a la memoria el inmortal César Vallejo con su tristeza a cuestas. Abraham Arias Larreta recitando “que dulce dulce, desde un naranjo, gorji gorjéa el ruiseñor…” y por su puesto Danilo Sánchez, con su voz pausada, cadenciosa y profunda, todos ellos bendecidos desde la cuna, con el prodigio de la naturaleza de fiesta eterna, en los parajes soleados de Santiago de Chuco, lugar espléndido donde el visitante corre el riesgo de no querer irse jamás.
2. COMO TREN ZIGZAGUENTE EN EL EMPEDRADO
Cuántas veces doña Elvira, llamando a la hora del yantar habrá confundido el nombre de los once vástagos que nacieron en esta tierra pródiga. Cuántas veces habrá asomado la cabeza por la puerta vetusta para llamar en la calle al travieso muchacho que andaba preguntando el nombre de las cosas, la historia, las leyendas, las costumbres. Al niño que salía de una puerta y entraba al misterio. O que salía del misterio y se perdía en mil puertas.
Danilo era el segundo de casi una docena de hijos del maestro de escuela Danilo Sánchez Gambóa y doña Elvira Lihón Paredes, hijos de padres Santiaguinos que también nacieron en Santiago. Que bebieron de la fuente mágica de los manantiales, que desciende por los flancos húmedos entre las matas de hierba recién florecida, que el poeta llama “el llanto de las peñas”.
Con Juvenal, el hermano mayor, intermediario de la tradición de juegos y aventuras en la espiral de conocimiento del entorno familiar, local, distrital, cuántas veces habrán censado a los pajarillos protegiendo sus nidos, con la hondilla a la bandolera. Cuántas veces, tropezando, cayendo y perseverando en la aventura, se habrán perdido entre los montes, tras las mariposas de colores que huían hacia el barranco, allá abajo desde donde se divisa Cachicadán.
-Mamá ¿Qué significa Cachicadán?
-Donde dan sal, hijo.
Y para comprobar esta afirmación, caminando por la trocha abrupta bajaron por la quebrada atravesando el río hasta la otra banda donde el agua brota rojiza, hirviendo, de las profundidades de la tierra.
-Es la fuente termal de Cachicadan –informa Juvenal, quien ahora se interna en el cerro Botica que tiene yerbas para curar todos los males, incluyendo hasta los dolores que causa el amor.
Cuatro varones y siete mujeres fueron llegando al hogar familiar uno tras otro, cada cual con sus gracias, curiosidades, características, como la tercera hermana con su gracioso único pelo, tan largo como una hilacha de trenza abandonada.
Imaginamos la alegría bullanguera a la hora del juego, la algarabía en los paseos campestres por tan apacible Eden, cuando Danilo reclamaba estirar las narices de sus hermanitas para que no la tengan pequeña como él, antes de intentar alguna mentirilla que se la hiciera crecer como a Pinocho. Pienso que este ejercicio de fantasía lo fue convirtiendo poco a poco en el excelente narrador que la monstruosa urbe no logra apartarlo de su tierra natal, allá lejos que cada año espera su retorno con el pretexto de tributar homenaje al poeta César Vallejo, el vate más ilustre de la humanidad.
Yo que no tuve hermanos, imagino como un tren zigzaguenado por las calles silenciosas de Santiago de Chuco a la familia del maestro Danilo Sánchez Gambóa, acompañado de doña Elvira y su soberana corte: Juvenal, Danilo, Rosa, Jaime, Guillermo, Sofía, Nancy, Flor, Belinda, Jakeline y Elvira.
3. INFANCIA BULLICIOSA Y FELIZ
Dicen que Danilo desde niño fue un alumno destacado en la escuela primaria número 271 o "Centro viejo", la misma escuela donde estudion el poeta César Vallejo, los hermanos Santiago y Julio Pereda Hidalgo y Abraham y Felipe Arias Larreta. Niño con modales de adulto, pero inquieto y juguetón con sus hermanos y compañeros de clase. Un diablillo con cara de ángel o un demonio tierno como sugiere traviesa y juguetona la poeta Rosa Cerna Guardia.
Imposible comprender los alcances de la imaginación de los niños creativos que escapan de cualquier corsé social o pedagógico, cuando han sido tocados por la vara mágica del arte.
Un día, probablemente próximo a las fiestas patrias, que en su pueblo coinciden con la celebración del patrón Santiago, Danilo se propuso construir el farol más grande del mundo.
-¿Harás un avión? –preguntaron sus hermanos menores.
-No –respondió Danilo.
-¿Una estrella?
-Tampoco. Haremos un cometa. El cometa Halley ¿qué les parece?, pero grande, muy grande.
-¿Del tamaño de este espejo? –indagó el más pequeño.
-¡Más grande!
-¿Del tamaño de esta mesa?
-Más grande todavía
La madre que a esa hora servía el almuerzo movió la cabeza preocupada, pensando que su engreído se había vuelto loco.
-¿Del tamaño de esta casa? Seguía preguntando el hermanito menor, entusiasmado.
-Más grande –respondía Danilo.
-¿Del tamaño de Santiago de Chuco. Del Perú, del mundo?
-¡Eso! Del tamaño del mundo.
Sería la antorcha más grande que vez alguna paseó por las angostas calles de Santiago, aunque la escasez de cañas hizo que redujeran las expectativas, pero fue tan grande que tuvieron que sacarla de la casa por el techo y la cargaron todos los niños que no tenían faroles.
Danilo participaba en cuanta ceremonia cívica que se realizaba en Santiago de Chuco. Había declamando los poemas aprendidos, empinando para hacer escuchar su voz. Representando a personajes niños en las veladas literario-musicales que escenificaban en el local municipal, cantando a dúo con su hermano mayor en la orquesta magisterial Ollantay que dirigía su padre o tocando con entusiasmo la tarola de la banda de guerra de la escuela 271, donde culminó con honores esta primera etapa de su vida formativa.
Cursó la educación secundaria en el colegio Santiago El Mayor que más tarde, cuando Danilo estaba en el tercer año recién tomaría el nombre del vate César Vallejo. En sus libros La piedra bruja, Camino de Santiago y Mi tierra clavada en el alma, el poeta recuerda con melancolía los años felices de su infancia y adolescencia en su tierra natal, lugar del que si algún día partió físicamente en busca de mejores horizontes, al parecer, jamás abandonó en la memoria, los recuerdos que reproducen con añoranza los incontables libros que publica sobre esta tierra maravillosa.
4. LA UNIVERSIDAD Y LA GENERACION DEL EXILIO
Danilo ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde obtuvo la Licenciatura en Literaturas Hispánicas y posteriormente hizo estudios de especialización en Madrid, España.
Su vida universitaria fue intensa y fructífera.
Estamos seguros que cuando termine sus memorias de infancia y primera juventud en su pueblo natal, que ojalá continúe todavía buen tiempo, por lo ricas, aleccionadoras y tan bellamente poéticas, Danilo se dará tiempo para testimoniar la infinidad de esfuerzos realizados animando eventos, estimulando vocaciones, publicando plaquetas y revistas literarias, motivando movimientos y ejerciendo su vocación de poeta. De esta época datan los poemarios Las actas (1969), Scorpius (1972), Crío una mosca (1978), Ciudad irreal (1990), De tripas corazón (1998), Acción de gracias (2000), siendo su más reciente libro de poesías Para vivir en otra eternidad, publicado el año 2007.
En la UNMSM Danilo Sánchez formó en la década del sesenta el círculo literario "Piélago", que editó la revista del mismo nombre que llegó a publicar diez números.
El poeta Hildebrando Pérez recuerda que en el Patio de Letras de San Marcos, se reunía con Juan Ojeda, Danilo Sánchez, Julio Nelson, Juan Cristóbal, Ricardo Ráez, Andrés Cloud y tantos buenos amigos, “con quienes hablábamos –dice- sobre Vallejo, Neruda, Rimbaud, San Juan de la Cruz, Rilke, Trakl, Machado, Hernández, Kafka, Proust, Brecht, Mariátegui, Marx y Lenin, y la ascensión de las luchas campesinas en el Perú y Javier Heraud …
Fundó la revista “Gesta” el año 1965, Gárgola en 1970 y perteneció a la llamada “generación del exilio” con Juan Ojeda, Wilfredo Mesía, Hernando Núñez, Hermógenes Janampa, Carlos Tincopa, Fidel Peltroche, Julio Nelson, tanto por el éxodo de sus integrantes a otros países o a otras regiones del Perú o -como menciona el poeta Manuel Pantigoso- “cuanto por el destierro a los propios abismos interiores, desde allí, la moral del amor y de los sueños, como una manera de enfrentarse a la realidad horrízona y a las angustias existenciales y cósmicas”.
Danilo recuerda esta época decisiva en su maduración poética, diciendo: “Creo que nunca se amó y soñó en el Perú tanto como en 1965. Íbamos de las plazas a los muelles. Amanecíamos ojerosos en las bancas de los parques hablando de poesía y tareas. Llamábamos este intento, hacer poesía cosmogónica (…) Aspirábamos una forma de conocimiento del mundo, el aprendizaje de virtudes…”
5. MAESTRO EN LA REGION DE LOS ÁRBOLES
Recién graduado, entre los años 1967 a 1968 Danilo Sánchez viajó a la amazonía, interesado por conocer esta parte del territorio nacional e incorporar dicho mundo a su identidad, a su obra literaria y a fin de cumplir su misión de educador. “Trabajó en el Colegio Nacional Genaro Herrera, de Contamana, colegio en el que desplegó destacada labor docente, realizando múltiples actividades culturales”, cuenta Ramón Noriega Torero. Al parecer el paisaje de esta parte del país no impactó tanto en su labor literaria, como en su quehacer docente. Conoció la otra cara de la medalla de su patria. Las carencias económicas de la población, el abandono oficial de parte del Estado y las limitaciones culturales. Contamana, es puerto intermedio del corredor económico entre Pucallpa e Iquitos. En este siglo se vislumbran prometedores avances, sin embargo, en la época en la que laboró Danilo Sánchez, era un apacible puerto que sólo cobraba vida cuando anclaban las balsas en tránsito. En Contamana todavía se recuerda la presencia del joven profesor Danilo Sánchez, cuando siendo tutor del cuarto año de secundaria representó la obra teatral "Ollantay".
Posteriormente, mostró su interés y preocupación por elevar la calidad educativa de los estudiantes, partiendo por la capacitación del magisterio, para lo cual emprendió arduos trabajos de investigación sobre experiencias innovadoras, métodos, procedimientos, concretar productos y servir mejor a la educación y la cultura, propiciando la mejora de los servicios de documentación e información educacionales.
Esta importante labor se concreta cuando asume el cargo de Director del Centro Nacional de Documentación e Información Educativa del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la Educación (INIDE). Eran los años de la Reforma Educativa de la década del setenta, reconocida como un aporte creativo, analítico y crítico de la realidad educativa, y la propuesta de educación permanente, de educación para el trabajo y para la vida. En este período su labor se integra al pensamiento de preclaros intelectuales como Augusto Salazar Bondy, Walter Peñaloza, Leopoldo Chiappe, Emilio Barrantes, Romeo Luna Victoria y el padre Ricardo Morales, entre otros, que soñaron una educación desalienante, creativa, vital, liberadora. En este período surge el suplemento educativo URPI, el libro AMIGO, la revista EDUCACION, las ediciones de RETABLO DE PAPEL. Lamentablemente los sucesivos gobiernos, modificaron la orientación política de la educación, reactivando normas de la educación tradicional.
Danilo ha escrito pues, el libro de su vida con el ejemplo de su ser. Maestro de vocación, investigador permanente, creador de instituciones, movimientos culturales, centros de investigación. Todo lo que hace tiene que ver con pedagogía y su fin fundamental: el niño. En este contexto desarrolla una labor continua y pertinaz en el campo de la promoción del libro y la lectura, publicando obras, organizando eventos, llevando a cabo campañas, publicando libros y revistas, siendo su obra "El libro y la lectura en el Perú" la primera en su género publicada en nuestra patria.
Ha organizado comisiones de lectura en diversas ciudades, tanto de nuestro país como del extranjero, seminarios, congresos, encuentros. Ha dirigido revistas de carácter cultural, educativo y literario, tales como: RIDECAB, revista de documentación e información educacional; Tierra nuestra, revista del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional agraria; Gárgola, revista de poesía; Cuadernos del Consejo Nacional de la Universidad Peruana; Gesta, revista del Centro de estudiantes de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; la revista del CENDIE; Revista de sumarios del INIDE; Piélago, revista de Literatura; y Capulí, Vallejo y su tierra.
Ha dirigido también las revistas: EDUCACIÓN, revista del Maestro Peruano, del Ministerio de Educación, y PALABRA DE MAESTRO, revista de la Derrama Magisterial.
Fundó y dirigió Visión Futuro, revista de los niños del Perú conjuntamente con el periodista César Hildebrandt, siendo la publicación que más números ha alcanzado en publicar, pues se editaron, semana tras semana, 53 números entre marzo de 1985 y marzo de 1986.
Y como si esto fuera poco, ha entregado a los niños su propia casa, para compartir su biblioteca, hablar sobre poesía, descorrer las cortinas del mundo fantástico de la literatura, ha fundado la casa de los niños denominada El castillo de los cuentos, que es visitado frecuentemente por niños y maestros.
Actualmente Danilo Sánchez Lihón a través del Instituto del Libro y la Lectura (INLEC), desarrolla un novedoso Plan lector que se aplica en diversos centros educativos mediante seminarios con los maestros, organización de clubes de lectura, festivales de literatura infantil y ferias de libros, proyectando sus experiencias a otros países latinoamericanos. Cumple esta labor compartiendo su tiempo con la docencia en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en donde ejerce la cátedra de lengua, literatura infantil y creatividad literaria. Asimismo, es profesor en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza, donde desarrolla los cursos de periodismo y literatura.
6. LITERATURA INFANTIL
Una larga lista de aventuras literarias orientan el camino del temprano escritor en que Danilo se convierte, estimulado por la lectura y la investigación que se tornan en aprendizaje de vida. Vida extraordinaria la del poeta que hila los versos para tejer poemas. Trabaja con la palabra como el pescador que construye sus redes para tenderlas en el mar y cosechar peces; como el agricultor que borda semillas que transforman el horizonte con pinceladas de colores vivos, que ondulan en las tardes, convertidos en caña, maíz, trigo.
Granos de oro, de versos, de relatos, narraciones que hacen volar la imaginación sin límites ni fronteras. Tienen razón quienes dicen que los artistas poseen algo de Dios, porque han heredado su maravillosa dote de creadores.
Pero son pocos los elegidos, porque el camino para alcanzar tal nivel en la escala jerárquica del arte, requiere mucho trabajo, estudio, esfuerzo, cruces sobre el gólgota, pero al fin, flagelados pero puros, sus manos son capaces de trasmitir destellos de luz maravillosa que los profanos llamamos poesía, arte, literatura. Y lo celebramos sorprendidos, como en esta noche, transportados por la magia de la palabra de Danilo, y llegamos a feliz puerto, satisfechos y orgullosos de sus logros.
FOMENTO DE LA CREATIVIDAD INFANTIL
A partir de su libro Lenguaje y expresión de los niños (1974), estudio pionero de Danilo Sánchez sobre la creatividad literaria en el Perú, que tuvo como importantes investigadores a los escritores Milciades Hidalgo, Lilia Mesa Vidal, Manuel Pantigoso y Eduardo de la Cruz Yataco, se preocupa por establecer propuestas literarias motivadoras del desarrollo de la capacidad creativa de los niños desde temprana edad.
Danilo Sánchez ha instituido una Muestra Anual de Creatividad Literaria Infantil en la que participan niños de 6 y 12 años de edad, presentando cuentos y otros textos literarios, que son remitidos al Programa Internacional de Aproximación a la Literatura Infantil, PIALI, que se fundó en 1990 a iniciativa de la maestra mexicana Martha Sastrías.
Producto de esta experiencia son la colección de trabajos escritos por niños de 6 a 8 años (cuentos de plumas), de 9 a 10 años (Cuentos de alas) y de 10 a 12 años (cuentos de fuego); habiendo publicado hasta la fecha cuatro volúmenes cuyos títulos mencionaremos más adelante. En este mismo aspecto, ha participado como miembro del jurado de certámenes literarios y educativos orientados a incentivar la creatividad de los niños y jóvenes, principalmente de zonas escasas de recursos.
Ha organizado colecciones de bibliotecas básicas para niños y jóvenes denominada "Rayuela de libros” que como biblioteca itinerante se pasea en centros educativos.
Dicta cursos de literatura infantil en universidades, Institutos Pedagógicos y desarrolla talleres en Centros Educativos públicos y particulares de Lima y provincias.
Danilo no es pues sólo un teórico de didáctica de la literatura infantil, sino un practicante del género, que constantemente investiga, trabajando directamente con los niños la teoría que con profunda convicción, difunde en sus periódicas publicaciones en revistas, diarios y blogs.
Me faltaría tiempo para abordar los diversos campos en los que este insigne escritor ha trabajado. Me circunscribo entonces a mencionar sin más comentarios, los libros sobre literatura infantil publicados y los galardones que ha obtenido:
OBRAS PUBLICADAS
Ensayos:
Lenguaje y expresión de los niños (1974). El libro y la lectura en el Perú (1978). Literatura infantil: magia y realidad (1986). Promoción de la lectura (1986).
Narración:
La piedra bruja (2009). Érase Danilo un niño (s/f). Mi tierra clavada en el alma (s/f). Diez títulos publicados por la Editorial Bruño el año 2009: El Amaru. Manco Cápac y Mama Ocllo, Los hermanos Ayar, La doncella y el dios harapiento, Aves y peces del universo, Palomas blancas, Espantapájaros, Resuenan campanas, Montes de pastores y, La cantuta dorada.
Creatividad infantil:
Te regalo un sueño (1990), Te regalo un mundo (1991), Te regalo un arco iris (1992) y Te regalo una flor (1994).
DISTINCIONES HONORIFICAS
El académico que incorporamos esta noche es presidente de INLEC y miembro fundador de la Asociación Peruana de Literatura Infantil (APLIJ), que creamos el año 1982, conjuntamente con los escritores presentes esta noche: Jesús Cabel, Milciades Hidalgo, Olga Mayari, Magdalena Espinoza, Ernesto Ráez.
Durante su largo y fructífero peregrinar literario en el país y en el extranjero ha sido objeto de diversos estímulos y menciones honoríficas, destacando en lo referido a literatura infantil el Laurel de oro de Literatura Infantil y Juvenil, otorgado en el XX Congreso de la APLIJ el año 2001, que se realizó en el Cusco, además el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil los años 1990 y 1995.
13. COMENTARIOS SOBRE SU OBRA PARA NIÑOS
“Danilo: Qué bueno que seas escritor de niños, que hayas nacido con ese sello característico que decía Balinski, que sólo el que nace para escritor de niños lo es. Para eso el primer paso es asombrarnos, trasmitir asombro. Y tú lo haces. El segundo paso es amar para trasmitir con amor lo nuevo. Y tú lo logras en tus libros, haciendo que cada cosa sea nueva…”
Rosa Cerna Guardia
“Vallejo está presente en Danilo porque cada palabra que vierte, en cualquiera de sus obras, nos remite a ese escritor que tiene una musicalidad tan propia, una melodía tan llena de sabor norteño”.
Walter Saavedra.
“En sus libros Danilo plasma sus facetas de biógrafo, cronista, historiador, crítico y compilador. Todo bajo el crisol de una espléndida prosa, la cual por si misma tiene ganada un lugar ostensible en nuestro parnaso cultural”.
Saniel Lozano Alvarado
“Marchas en el lomo de la tempestad al seno de tu terruño natal, a justificar ante el tiempo tu ausencia. Qué de secretos placeres no sentirás cuando después de tanto tiempo y tan largo viaje pones las plantas de tus pies en el suelo amado”.
César Augusto Gonzáles Becerra
“La obra de Danilo Sánchez es una convocatoria a los maestros de educación inicial para asumir su papel, no sólo de motivadores afectuosos de sus niños, que ya es bastante, sin duda, sino de ser, como dijo Pasteur de alguno de sus maestros, iluminadores del alma, buceadores profundos en el espíritu infantil para sacar a luz el oro que todo ser humano esconde dentro de si y que muchas veces se queda dormido en honduras insondables”.
Walter Peñaloza Ramella.
Danilo Sánchez Lihón es exponente de toda una generación intelectual que muy pronto se vio comprometida con su tiempo. Nacido en la tierra de César Vallejo y de Luis de la Puente Uceda, ese ámbito y esos nombre signarán su camino. No es de extrañar entonces que la literatura y la inquietud social, dos formas de soñar en el Perú, hayan constituido y constituyen, hasta hoy, su diario compromiso con el vivir.
Luis Alberto Ratto.
“Danilo, santiaguino de origen y vocación, es, sin duda, el intelectual que, con sus textos de prosa evocativa (que van desde la descripción de leyendas y narraciones populares, hasta los propios recuerdos biográficos y familiares) ha logrado crear un Santiago de Chuco inmortal, porque la palabra que es poesía vence al tiempo”.
Manuel Velásquez Rojas
Pocos escritores de nuestros tiempos pueden mostrar con orgullo, como Danilo Sánchez Lihón, los méritos que lo adornan: Poeta, narrador, editor, ensayista, además, meticuloso investigador y promotor de la literatura infantil peruana, con gran reconocimiento en el país y en el extranjero, motivo por el que, en nombre de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, le damos una cordial bienvenida.
Gracias.
Roberto Rosario Vidal
Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil
Que viva la vida joven y sana.
ResponderEliminar¡Felicidades a Sara Montalván y a Jesús Cabel!
ResponderEliminarPrecioso el discurso de Danilo. Y estoy de acuerdo: Sylvia Puentes es un hada-flor-mariposa-princesa...
Elena Dreser