Señores Académicos
Señoras y señores
En acto de justo reconocimiento, la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil recibe hoy en su seno al Dr. Saniel Lozano Alvarado, vitalmente consagrado al estudio de la literatura en general pero particularmente dedicado a la difusión, análisis, creación y promoción de la literatura infantil y juvenil del país. Pronunciar las palabras de bienvenida a su incorporación oficial me complace y me halaga, debido a la gran amistad que nos une desde aquellas memorables jornadas iniciadas en el II Encuentro de la APLIJ en la ciudad de Cajamarca en 1983 y que a la fecha se mantiene con la alegría y el compromiso desde hace treinta años, es decir, prácticamente la mitad de nuestras vidas. Bien sabíamos entonces que desde 1977 con ese inolvidable poeta y amigo fraterno que fue Manuel Ibañez Rosazza y el estudioso Dr. Luzmán Salas Salas fundaron la Cátedra de Literatura Infantil en la Universidad Nacional de Cajamarca y que fue precisamente desde esa fecha que el Dr. Saniel Lozano Alvarado ha ejercido la docencia universitaria en el curso de Literatura Infantil, dictándolo luego en la Universidad Nacional de Trujillo, en la Universidad Privada Antenor Orrego (1999-2000 y desde 2006), en la Universidad San Pedro (de Chimbote, desde el 2009) y que ahora la proyecta en el Posgrado en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Trujillo, desde el 2009 a la fecha. Fruto de esa dinámica, es sin duda el valioso libro de ensayos Literatura Infantil y Educación (1985, 1987),que el Dr. Saniel Lozano editó conjuntamente con el Dr. Luzmán Salas y en cuya segunda edición afirmábamos que hay un punto de equilibrio entre educación y literatura infantil, aunque tengamos que formularnos las interrogaciones que en su oportunidad han señalado los investigadores venezolanos Aura Jaén y Luis Tejada: ¿Por qué hoy si ha desaparecido el anonimato y que todos hablan de literatura infantil, ésta, la verdadera, no ha alcanzado un lugar en la escuela? ¿Por qué otros materiales que no son literarios se regodean de estar en la escuela? ¿Por qué se niega el papel educativo que puede tener y tiene la literatura infantil en el desarrollo de la inteligencia y sensibilidad del niño? Nosotros estamos plenamente de acuerdo con la respuesta: por el concepto que se ha tenido (¿y se tiene?) de la educación. Por eso creemos que hay que reivindicar este concepto, que es remitirse a la escuela, pero también hay que revalorar al niño en toda su amplitud. Este es el segundo postulado que los autores nos aclaran, considerando que existe una valiosa experiencia que nos señala que la obra debe de ser ante todo, una obra de arte; y esto es posible solo cuando se es capaz de comprenderla a fondo, de identificarse con sus sueños e imaginería, de despertar en ellos el interés por la belleza, en el sentido vital y brillante que le otorga Gaston Bachelard.
En otro de sus libros titulado Rumbos de la Literatura Infantil y Juvenil (1996), el Dr Saniel Lozano Alvarado señala con inusual claridad que muchos son los problemas que confronta la literatura infantil en el Perú. Para empezar, dice: “aún no se supera su condición discriminada y marginal, en la medida en que sigue siendo considerada como una literatura de segunda o tercera categoría, jerarquía que también es adjudicada a sus autores” Asimismo nos refiere que por “falta de formación académica, a la literatura infantil muchos entendidos la confunden, asocian e identifican con la literatura escolar, con sus correspondientes ingredientes didácticos, pedagógicos, moralizantes”. Para luego puntualizar los siguientes problemas que comparto en toda su amplitud. Nos aclara por ejemplo de la producción insuficiente que se imprime de cada título, el cual rara vez llega al millar de ejemplares; la indiferencia de las empresas editoras, más atentas a la producción extranjera; la crisis económica que afecta considerablemente a los sectores populares incluyendo a los niños que se ven forzados a trabajar para sobrevivir; la ausencia de estudios críticos, ensayos y manuales rigurosos y consistentes sobre el tema; la falta de sistematización e integración, por lo que la producción bibliográfica no solo resulta insuficiente sino también dispersa, aislada, sin el sustento de una definida política cultural del Estado; predominio avasallador de los medios de comunicación masiva; proliferación de la subliteratura, difundida con el cómplice auxilio de los medios de comunicación masiva; el alto costo de los libros, convertidos en auténticos artículos de lujo, lo que dificulta e imposibilita la formación de bibliotecas en el hogar, la escuela o en la comunidad; prestigio de la letra y sublimación de la literatura escrita en detrimento de la literatura oral; imposición de planes y programas de estudio, así como mayor preocupación de los maestros por el desarrollo de aspectos lectivos e intelectualistas, antes que por las actividades creativas y de expresión literaria; la indiferencia o ignorancia de la colectividad, editoriales, críticos, padres de familia, maestros respecto a la existencia de una literatura infantil diferenciada de la general; y la subvaloración de la naturaleza y realización de la literatura infantil. Estas esclarecedoras y bien fundamentadas reflexiones, encuentro que están en relación directa a su labor periodística, donde ha publicado más de medio centenar de artículos, entre 1985 y el 2012, dedicados a la literatura infantil, tratando obras y autores, libros o revistas, o temas relacionados en profundidad a la literatura oral, donde ha editado dos libros claves: La tierra encantada: leyendas de la Libertad, en coautoría con Bety Sánchez Layza (1989, 1990 y 1997) e Historias a la luz del candil: el relato de tradición oral de la región La Libertad (2011). En esa misma línea periodística, es también, el indiscutible fundador de Rayuelo, la revista oficial de la APLIJ, revista destinada a conformar con Palomilla (1940/1945, logró 42 números) dirigida por el excelente hombre de teatro Guillermo Ugarte Chamorro, Urpi (1974/75, logró 47 números) dirigida por el educador Walter Peñaloza y Collera (1978/79, logró 10 números) dirigida por Miriam Cotler, el cuarteto de revistas clásicas en el historial de la literatura infantil y juvenil del Perú en lo que va del siglo pasado y del presente.
El Dr. Saniel Lozano Alvarado, es autor de dos libros de creación, uno de poesía, titulado Ronda de luna, ronda de miel (1995), y donde el prologuista, el poeta Juan Félix Cortés afirma que se trata de un poemario “que ha permanecido en el silencio. Ha crecido entre muchos otoños. Se abrigó de esperanzas y entusiasmos. Y hoy decidió caminar por los patios de las escuelas, por los cuartos y corredores de las casas y por el corazón de los niños, donde seguramente estará con su ojo avizor. Estará eterno y bueno como todos los libros de poesía que nacen para el tiempo, uniendo y consolidando las alegrías y tristezas de todos los hombres que necesitan de la luz y la verdad”; y el otro, titulado Cuentos de mi padrino y otras mentiras (2004) que reúne la versión literaria de relatos orales contados por Roberto Cava, Rodrigo Cava (padre e hijo respectivamente) y Manuel Rodríguez, debiendo entenderse, señala el autor “como el pulso persistente y lejano eco de un pasado esplendoroso, así como el pulso y latido de las gentes que habitaron en mi pueblo nativo y en las comarcas de la región, en una decisiva época de su pequeña gran historia”. Estas dos obras le han permitido, debido a su originalidad, ser incluido en diez antologías tanto regionales como nacionales, como por ejemplo la Antología nacional de literatura infantil (1984) que fue organizada por Roberto Rosario Vidal, o la de Oreja a oreja: cuentos peruanos de humor (2010) preparada por Ricardo Ayllón.
Asimismo, es autor de una serie de antologías, algunas como Patio de recreo (1984) y La ronda de las palabras (1998), se constituyen en verdaderos testimonios de los Encuentros Nacionales de Literatura Infantil, llevados a cabo en Cajamarca y Trujillo, respectivamente. Así aparecen los textos de discursos, mensajes, conferencias magistrales, ponencias y otros documentos que en conjunto representan la firme propuesta de revalorar la literatura pero también a los niños de los lugares más distantes y distintos del país. La APLIJ en el contexto del siglo pasado y del presente es un fenómeno sin precedentes, cuya vocación democrática, descentralista e integradora, o como la definiera nuestro siempre recordado Eduardo de la Cruz Yataco, de ser una institución cultural, democrática, popular y de ámbito nacional ha mostrado y demostrado ser una institución ejemplar, con mística de trabajo y proyecciones futuras. Somos por derecho propio, el sector representativo de los interese éticos y estéticos de los niños y los jóvenes del país, pues definitivamente creemos, que la acción o política cultural del Estado, para transformar sus bases, ha de requerir los esfuerzos, experiencias y aportes sustantivos que solo desde la APLIJ, pueden encontrarse y brindarse con la misma generosidad, conocimiento y tenacidad con que se ha desarrollado a lo largo de estas tres décadas y algo más. Los niños y los jóvenes del Perú, merecen este aporte y compromiso. De esta institución grandiosa y única entre las instituciones culturales del país, el Dr. Saniel Lozano Alvarado es su actual Presidente hasta el 2013, anteriormente lo fue de 1994 a 1996.
Mención aparte merece el libro Historia de un farol: César Vallejo en anécdotas (2005), reelaborado y publicado después como Vallejo en anécdotas para niños y jóvenes (2010). Como bien sabemos, César Vallejo es un ícono que a medida que transcurre el tiempo, su obra crece y crece en todos los ámbitos del planeta, como la voz representativa del dolor humano pero también de la esperanza. DE él, afirma el Dr. Saniel Lozano Alvarado en su breve pero sustantivo libro, que estas anécdotas “deben entenderse, en primer término, como un trabajo de compilación y sistematización; pero también como un esfuerzo de recreación o reelaboración artística de las diferentes versiones recogidas, las cuales en muy pocos casos constituyen expresiones textuales o literales. Naturalmente, no deben de ser todas; pero las que aquí se han reunido apuntan a la construcción de un perfil de ese otro aspecto menos objetivo y serio de la vida, aunque probablemente más auténtico, sincero y espontáneo, en que se revela la personalidad superior e inigualable de sus actores y protagonistas, en este caso, nuestro eximio poeta, mostrado en su faceta de hombre común de su tiempo, sin la aureola de gloria que la posteridad le viene reconociendo”.
Pocos autores han sabido mantenerse, a través de los años, tan fieles a sí mismos a su labor intelectual, o como quería el Amauta Mariátegui, pocos autores son tan fieles a su vocación y destino. Pocos como el Dr. Saniel Lozano Alvarado tan serio y tan auténtico en la creación e investigación, tan caudaloso en el acopio de las fuentes orales, tan riguroso en el análisis de personajes y etapas de nuestra literatura regional y nacional. Pocos como él también ha conservado al fondo de su documentación y de su método, la humildad en el hallazgo y la entereza moral para sostener sus principios con elegante y serena mesura. Los numerosos premios nacionales que ha obtenido por su valiosa obra literaria, en nada opacan su grandeza de espíritu sino muy por el contrario lo enaltecen al punto de ser un ejemplo para todos nosotros.
Recojamos este noble mensaje y al recibir como Académico de Número al Dr. Saniel Lozano Alvarado en este solemne día de su toma de posesión, reiterémosle a nombre de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, nuestra más sincera y cordial bienvenida, augurándole una actividad académica pródiga en satisfacciones.
JESUS CABEL MOSCOSO
Miembro de Número de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil
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