sábado, 11 de septiembre de 2010

HOMENAJE A FRANCISCO IZQUIERDO RIOS


Por: Roberto Rosario Vidal

“Un viejo bagre, de barbas muy largas, decía con su voz ronca en el penumbroso remanso del riachuelito: «Yo conozco el mar. Cuando joven he viajado a él, y he vuelto».

Y en el fondo de las aguas se movía de un lado a otro contoneándose orgullosamente. Los peces niños y jóvenes le miraban y escuchaban con admiración: «¡Ese viejo conoce el mar!».

Tanto oírlo, nos acercábamos los jóvenes para escucharlo, para conversar con ese viejo bonachón y sabio que había publicado el año 1965 El bagrecico, el cuarto y último cuento que conforma el libro El colibrí con cola de pavo real: Nos acercábamos a él como diciendo: «Maestro, yo también quiero ser escritor».
Viene a mi memoria la imagen sonriente de Francisco Izquierdo Ríos, autor de los cuentos El bagrecico, Ladislao el Flautista, Zenón el pescador, entre otros que a través de los tiempos ha deleitado a millones de lectores de nuestro continente y de países muy lejanos e idiomas diversos. Conocí a Francisco Izquierdo a inicios de la década del setenta, viejo bagre recorrido, quien luego de trajinar por las escuelas más humildes y lejanas del país, había recalado en la ciudad de las mil vueltas (mismo río de selva, torrentoso, turbio y misterioso). El laboraba entonces en el Instituto Nacional de Cultura ubicado en el Jirón Ancash 390, frente a la iglesia de San Francisco. Pancho Izquierdo, como lo llamábamos afectuosamente, siempre tenía la puerta de su oficina abierta, principalmente a los jóvenes, que lo visitábamos con nuestras primeras publicaciones, en busca de afirmación o consejo, seguros de encontrar respuesta sincera. No satisfechos con las horas que se podía departir en tan solemne mansión, solíamos reunirnos en el local de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), en la cuadra cuatro del jirón Puno, cerca de la librería de don Juan Mejía Baca. Este viejo bonachón, con cara de bagre sonriente, me refiero a Francisco Izquierdo, había recorrido peligrosos caminos, salvando duras pruebas, riesgos, pesares, injusticia, prisión por razón de sus ideas y todos los sinsabores con los que la vida, nos recuerda que sólo somos transeúntes. Pero su alma indomable jamás se doblegó.
Como el bagre de su cuento más difundido, Francisco Izquierdo nació en Saposoa - San Martin, el 29 de agosto de 1910. Saposoa es un pueblito olvidado, apenas un punto en el mapa, rodeado de exuberante vegetación, fauna salvaje y en la época de su infancia, con grandes extensiones de tierra virgen, que invitaba a explorar. Cursó los primeros grados de su formación básica en su tierra natal abriendo los ojos a la naturaleza maravillosamente salvaje, misteriosa, incitadora a descubrir, preguntar, y en algún momento a indagar ¿cómo es el mundo más allá de esta maraña de vegetación con vocación de alverjita mágica, que si uno se descuida, está flotando entre las nubes en la copa de un huambo, una palmera o tal vez enredado en un matapalo. Como todo provinciano, las locas ilusiones lo sacaron de su mágico universo y llegó a Lima a estudiar educación en el Instituto Pedagógico Nacional. Se graduó el año 1930 y comenzó su peregrinar de aldea en aldehuela, salvado por su curiosidad innata y su vocación de artista, de intérprete del pueblo. Quien mejor que èl podría hablar del hombre de la selva, quien mejor que él, para describir la realidad del Perú andino, de su gente sencilla, sincera capaz de compartir lo que no tiene. Allí están sus cuentos, sus novelas que fluyen frescos como agua de manantial, identificando en su mundo al hombre que no interesa a nadie más que a los de su clase.
Profesional inquieto, fue defensor de las causas justas y en un país doblegado por las tiranías militares y el desgobierno de los políticos, casta indecente, optó por militar opciones que propugnaban justicia e igualdad. El escritor Danilo Sánchez dice que FIR fue apresado el año 1932 por razón de su militancia socialista y enviado a la colonia penal del Sepa, el centro de reclusión de extrema seguridad ubicada en medio de la selva, a donde los reos no tenían ninguna opción de visita, menos de fuga. Al poco tiempo de su liberación el año 1934 contrae matrimonio con la señora Olga López, con quien tiene dos hijos: Francisco, pintor y Vladimiro, médico.
Reingresa al magisterio y viaja por diversos poblados de la sierra y selva, impedido de retornar a las ciudades, período en el que vive el Perú olvidado, sumergido en la miseria y la ignorancia, sin carreteras, medios de comunicación, locales escolares adecuados, postas médicas, profesionales de la salud. Lugares donde el maestro era todo: médico, curandero, partero, amanuense, juez y todo por el mismo sueldo. Pero tampoco podemos dejar de mencionar que el maestro era realmente maestro. Con su escasa economía tenía que vestir adecuadamente y prepararse para compartir con sus alumnos sus conocimientos. Y Francisco Izquierdo Ríos era además de un maestro a plenitud un artista sensible, perceptivo. Al voltear la media centuria del siglo pasado comienza a publicar sus primeras obras: Cuentos del tío Doroteo (1950), Papagayo, el amigo de los niños (1952), El árbol blanco (1962, por el que obtuvo el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “Ricardo Palma” en 1963) y El colibrí con cola de pavo real (1965), libro en el que publica el famoso El bagrecico.
El año 1965, el cuento Gavincho es premiado y publicado por la editorial Doncel, de España. Luego publica novelas para niños: Gregorillo (1957) y En la tierra de los árboles (1979).
Es autor de Mi aldea: pequeñas prosas (1963) y del ensayo: La literatura infantil en el Perú (1969), libro en el que su posición sobre el verdadero rol de la literatura infantil, vigente hasta la fecha, es que la literatura es en primer lugar arte. Su objeto no es didáctico, sino que busca la satisfacción emocional de los lectores. La literatura es una y su objeto, como él dice, es lograr goce estético del niño, del joven, del adulto.

“Después de una tormenta, que perturbó la selva y el riachuelo, oscureciéndolos, el viajero ingresó en un inmenso claro lleno de sol; a través de las aguas ligeramente turbias distinguió un puente de madera, por donde pasaban hombres y mujeres con paraguas. Pensó: «Estoy en la ciudad que el riachuelo de las mil vueltas divide en dos partes, como me indicó el abuelo». «¡Ah, mucho cuidado!»

El año 1942 el Ministerio de Educación lo convoca para dirigir el Departamento de Información, posteriormente crea la sección de folklore y artes populares del Ministerio de Educación Pública, cuando publica Mitos, leyendas y cuentos peruanos (1947), en coautoría con José María Arguedas, posteriormente Pueblo y bosque: folklore amazónico (1975).
Activo, con ideas y proyectos bajo el brazo, siempre entusiasta, nos recibía y aconsejaba, relatando sus inicios literarios, su amistad con su compadre Ciro Alegría, de quien guardaba la tablilla que usó para escribir sus novelas, y sobre su relación con José María Arguedas. Allí confluían los escritores principalmente jóvenes, con quienes hablaban de los libros publicados por el INC, bajo su dirección y de literatura infantil, tema sobre el que, tuvo, ya dijimos, una visión clara de la importancia de esta categoría literaria. Sus obras en verso y en prosa, concuerdan con su concepción de la literatura como expresión de la belleza a través de la palabra, totalmente ajena al concepto utilitario con fines pedagógicos o meramente instructivos o moralizantes.
Francisco Izquierdo, cada vez que alguien le comentaba que había leído El bagrecico y le había gustado, decía con su sonrisa pícara, siempre a flor de labios: “Ese soy yo”. Ahora que recuerdo ese maravilloso cuento, recuerdo su rostro cetrino, sonrisa expresiva en sus ojos rasgados, casi una raya chispeante, con su terno gris y su gastado maletín de cuero, donde cargaba más que sus nuevos libros, los borradores de las obras que venía trabajando.
Con su apoyo, un grupo de jóvenes organizamos en la ANEA el festival Ancash 31 conmemorando el primer y segundo aniversario del sismo que destruyó el Callejón de Huaylas en mayo del 1970. Allí estaban los pintores Julio León, Franklin Guillén, animados por el genial Víctor Humareda, infaltable en las tertulias; los escritores Carlos Toledo, Jesús Cabel y yo, haciendo tiempo en la biblioteca y conversando con Pancho izquierdo, quien después nos acompañaba en el Ciclo de Poesía que todos los viernes reunía a la poetada de la época.
No recuerdo en qué momento comenzamos a publicar para niños. Lo que si estoy seguro es que fue después de su muerte. Ausentes Pancho Izquierdo y Carlota Carvallo, como que quedó un vacío creador, pero una llama enorme. Teníamos la motivación, ingente información, habíamos hablado tanto sobre el tema y leído también cuanto título nos sugirió, que comenzaron a brotar pequeñas plantas literarias en diversos lugares del país. Sólo quedaba cosechar. Desde la desaparición de Francisco Izquierdo, cada cual se dispersó por diversos lugares. Yo me marché a Puquio-Lucanas, espacio que ocupó Arguedas en su infancia, donde dicho sea de paso, sus obras se conocían poco (y me temo que todavía es un desconocido). En Puquio, en la década del setenta a falta de libros para niños, con el aporte de los maestros de las provincias de Lucanas y Parinacochas logramos publicar una selección de poemas, cuentos, mitos y leyendas recopilados en la zona, que ante la carencia de libros para niños tuvieron gran aceptación. Diez años después, ya habíamos publicado algunos trabajos, y comenzamos a sentir la necesidad de retomar la semilla dejada por Pancho Izquierdo. Es cuando con el apoyo de la doctora Matilde Pérez Palacio, Presidenta del INABIF y de la escritora Magda Portal, amiga de José Carlos Mariátegui, a quien en sus 7 Ensayos lama “la primera poetisa del Perú”, con quien nos unía gran amistad desde la ANEA con Pancho Izquierdo y Mario Florián entre otros, convocamos al Primer Encuentro Nacional de Escritores de Literatura Infantil el año 1982, evento que nos permitió integrar al más selecto plantel de escritores, que estaban publicando obras que los niños hacían suyas: Manuel Ibáñez Rosaza, Jesús Cabel, Danilo Sánchez, Milciades Hidalgo, Lilia Meza, Carlota Flores, Magdalena Espinoza García, Iván Tello, Francisco Gonzales, Román Obregón, Eduardo de la Cruz. Es una larga lista.
Francisco Izquierdo Ríos no fue propiamente el pionero de la literatura infantil, tampoco Carlota Carvallo de Núñez, es preciso recordarlo, pero ambos fueron quienes lideraron el proceso de consolidación de la literatura infantil en el Perú. En esta etapa (1940-1950), los escritores inician contactos con otros colegas y se integran en asociaciones existentes. Escriben ensayos y artículos que cimientan la literatura infantil. Aquí encontramos en primera línea Francisco Izquierdo Ríos, a Carlota Carvallo de Núñez, a Catalina Recavarren de Zizold y al educador y poeta chancayano Jorge Ortiz Dueñas. Dentro de este proceso, Francisco Izquierdo Ríos, brega en la llanura y Carlota Carvallo en el acantilado, por el desarrollo de la literatura infantil. Difícil decir quien hizo más o menos: Ambos trabajaron la poesía, la narración y dejaron claros testimonios de su pensamiento sobre el rol de esta categoría literaria, todavía tomada a menos, por algunos críticos que no tienen capacidad de avizorar el futuro. Se asfixian en obvios debates sobre literatura andina, dudan en ocuparse de la literatura infantil, ignoran la narrativa minera, en un país minero. Porque se puso de moda, retroceden en el tiempo hasta la saciedad para referirse a la literatura de la violencia de los noventa y se auto amordazan frente a la violencia del sistema actual, cosa que jamás hizo Pancho Izquierdo. Gran maestro, excelente escritor, valiente luchador, trochero de rutas que no acabamos de admirar.
Cuando decimos que Pancho y Carlota Carvallo, no fueron propiamente pioneros, es porque, aunque perdidos en la memoria o en la historia de la literatura infantil, una década antes la escritora limeña Alida Elguera Mc Parlin, publicó el libro de cuentos “Juguetes” (1929); el poeta Luis Valle Goicochea, publicó en 1933, “Las canciones de Rinono y papagil” y en 1939 el poeta y educador Abraham Arias Larreta, “Rayuelo”. Son sin duda los pioneros de la literatura infantil, cuya obra fue precisamente difundida posteriormente por Pancho Izquierdo, quien no fue sólo creador, sino también magnífico promotor de la cultura e infatigable investigador de la literatura infantil.

“Mucho tiempo viajó por el río más grande del planeta, pasando frente a puertos, pueblos, haciendas, ciudades, hasta que una noche, con luna llena enorme, redonda, llegó a la desembocadura. El río era allí extraordinariamente ancho y penetraba retumbando más de cien leguas al mar. «¡El mar!», se dijo el bagrecito, profundamente emocionado. «¡El mar!». Lo vio esa noche de luna llena como un transparente abismo verde”.

Y nosotros lo recordamos con el paso de los años, como si lo estuviéramos viendo, escuchando: Es el mar, al que también hemos llegado y ahora contamos a los bagres pequeños, que el camino es largo, poblado de peligros, de riesgos, pro les decimos también que el mar es la vida, que Pancho Izquierdo Ríos nos enseñó a no temer.
Para concluir, transcribo un poema de Mario Florián, leído el año 1983 en un homenaje a FIR, que organizamos conjuntamente con su viuda Olga:

A LA ETERNIDAD DE FRANCISCO IZQUIERDO RIOS

Desde tu silencio concluyente,
El mítico jaguar de la espesura,
Ha empezado con épica bravura,
A repetir tu voz de combatiente.

En el pasar del tiempo, como un ente
Rasonable, con música de dura
Piedra, los andes –vértigo de altura-
Tu mensaje social harán presente.

En la costa, en la selva, en la montaña,
En la pluma, en el nido, en la cabaña,
En la figuración del educando,

Y en la masa peruana del presente
Y del alba, tu espíritu potente
Estará, Pancho Izquierdo, retumbando.



Roberto Rosario Vidal
Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.
(En el Coloquio internacional por el centenario del nacimiento de Francisco Izquierdo Ríos, organizado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el 26 agosto del 2010).

E mail: rrosario101@hotmail.com

viernes, 12 de marzo de 2010

INCORPORACION DE LA DOCTORA CARLOTA FLORES


“EL ARTE DE TEJER FICCIONES O LA CREACIÓN DE CUENTOS PARA NIÑOS”

Dra. Carlota Flores Scaramutti de Naveda


En los albores de la sociedad, cuando aún los hombres se reunían al calor del hogar, en torno a pequeñas fogatas o a la luz tenue del atardecer, la forma más natural, casi espontánea de comunicación era el relato, el cuento, la transmisión de breves pero intensas cosmogonías que, hilvanadas una a una, permitían crear ficciones para intentar explicar sucesos históricos, acontecimientos legendarios o fenómenos geográfico – ambientales.

Los tejedores de sueños, los creadores de ficciones recurrían a todo tipo de signos. Ello explica las pinturas, los grabados pero sobre todo explica la recurrencia casi mágica y sagrada a la palabra, vehículo perfecto de transmisión de la cultura. Generalmente, los más ancianos eran los creadores de ficciones y eran además los únicos capaces de conservar la memoria de la comunidad. Memoria colectiva que al ser resguardada “prolongaba la vida” en un sentido metafórico. El pasado común, las experiencias, los relatos inverosímiles o no eran escuchados confruición por los más jóvenes que así se apropiaban de toda la sabiduría ancestral que les permitía sentar las bases de su propia y particular identidad.

Umberto Eco, en un artículo publicado en “La Jornada Semanal” (09-01-2001) sustenta, con particular genialidad, esta tesis, la del valor de la transmisión oral de la creatividad que, con carácter cosmogónico, se produjo.

Umberto Eco dice:

“Pienso que desde sus orígenes el hombre ha sentido la necesidad de narrar y escuchar historias, por una razón muy sencilla.: el hecho de oir historias prolonga la vida. Desde que la raza humana empezó a emitir los primeros sonidos con significado, familias y tribus tuvieron necesidad de narrar y de oir relatos… los narradores de cuentos se convirtieron en la memoria de la especie, se sentaban en las cuevas, alrededor del fuego y narraban lo que había acontecido o lo que se decía que había acontecido.
Pienso – prosigue Eco- que antes que se empezara a cultivar esta forma de memoria social, los hombres nacían sin experiencia, sin embargo en la nueva época, en los tiempos de los primeros narradores, tras escuchar relatos para los jóvenes era como si hubiesen vivido cinco mil años. Los hechos que se habían producido antes de él y que escuchaba narrar y aprendía a conocer pasaban a formar parte de su memoria.
Hoy en día –dice Eco- los libros que narran historias representan a nuestros ancianos”.

Una rápida lectura a los innumerables relatos histórico-legendario-cosmogónicos de nuestra América nos permite corroborar el valor de la ficción y el poder de la oralidad. Por ejemplo, los relatos de los Maya-quiché contenidos en los libros del Chilam Balam de Chumayel y en los del Popol-Vuh. En nuestro país, los cronistas Antonio de la Calancha, Juan de Belanzos, Felipe Guamán Poma de Ayala, el Inca Garcilaso de la Vega, Juan Santa Cruz Pachacuti, entre otros registraron toda una tradición narrativa que explicaba, imaginariamente el origen de los seres vivos, las especies, los sucesos. Así por ejemplo los cuatro hermanos Ayar son símbolos totémicos y junto a sus hermanas y esposas representan: Ayar (el uso de la quinua y/o el culto a los muertos); Uchu (uso del ají); Cachi (uso de la sal); Auca o Hamka (oca o papa dulce y Hamka, maíz tostado). Las mamas representan el valor del conocimiento: Mama Ocllo (madre esencial); Mama Rawa (uso del fuego); Mama Guaco (desarrollo de la alfarería) y Mama Ipakura (uso de las hierbas medicinales).

Igual sucedió con los relatos sobre la creación del hombre y del universo consignados por los cronistas, por ejemplo el relato de KON – ILLA – TICCI – WIRAKOCHA – PACHAYACHACHI que cuenta la historia de la creación del hombre a partir de un amasijo de maíz. O la historia del hallazgo del fuego o la formación de cerros y lagunas.

Esta idea del relato como un producto genial de la ficción, del cuento como el cofre de la memoria colectiva, de la narración como fuente de experiencia y sabiduria creativa ha sido el motivo de innumerables diálogos e intercambio de ideas. En unos de ellos, Susana Itzcovich, actual presidenta de IBBY – Argentina, ensayista y autora para niños, en un diálogo fecundo con intelectuales de diferentes países, sostuvo que “en realidad el relato siempre fue el producto del arte de tejer ficciones”, idea plenamente verificada y que mantiene plena vigencia a pesar del transcurso del tiempo.

Hoy, enfrentados a un contexto marcado por el inusitado avance tecnológico y a la producción de todo tipo de mundos y de seres fantátiscos, nos toca advertir y subrayar el permanente poder y valor del cuento. Vivimos –Siglo XVI- en una sociedad categorizada por Cohen Seat como “ICONÓSFERA” porque todos, niños, jóvenes, adultos estamos rodeados cotidianamente por un flujo incesante y multiforme de estímulos y mensajes, inmersos en un perturbador y a la vez seductor universo de imágenes fantásticas. (Nóbile, Angelo. La infancia y sus libros en la civilización tecnológica. Pag. 7)

Razones suficientes para seguir afirmando que todo relato es ficcional y que la mímesis de la realidad que subrayó ARISTÓTELES en “La Poética” se cumple de mil diversas formas en la narrativa, especialmente la cuentística para la infancia.

A modo de explicación general quisiera subrayar que los relatos orales o escritos son construcciones del lenguaje en los que prevalece la función representativa que permite al autor individual o colectivo la creación de imágenes y de escenas así como la configuración de personajes como construcciones verbales que se apoyan en esquemas cognitivos. Poder intenso el de la palabra que narra porque facilita además construir lugares imaginarios, crear símbolos y establecer relaciones espaciales en la que todo lugar puede existir, en las que todo puede acontecer.
La Historia de la Literatura y en ella la Historia del Cuento nos permite precisar más nuestro acercamiento al mundo de lo ficcional que se transforma en narraciones.

A partir del Siglo XVIII, el prólogo escrito por Jacob Ludwing (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) Grimm ,en su libro “Cuentos de niños y del hogar” (Kinden und Havemarchen – 1811) ,constituyó una síntesis de la concepción mágico-cosmogónica de la realidad que fue recogida por los famosos hermanos de labios de una anciana narradora Dorotea Wienner y que constituyen la base no solo de su genial narrativa sino de la literatura para niños escrita en todas las latitudes.

“En estos cuentos se encierra todo lo que existe en el mundo, incluso todo lo soñado… hay aquí príncipes encantados, enanos feroces, doncellas embrujadas, hadas, brujas malvadas, ogros come niños, arroyos que hablan, árboles con nobles sentimientos, toda suerte de animales personificados que no solo encarnan la eterna pugna entre el bien y el mal sino que toman partido por uno de ellos.
Lo más grande y las más ínfimo tienen en estos cuentos un indecible encanto por ello también la alegría y el infortunio forman parte de todas las historias que la gente, las gentes suele relatar…”

Como un tesoro, se concreta desde la narrativa recogida por los hermanos Grimm, esta visión casi mágica de la realidad en la que los narradores encuentran mil y un motivos para contar historias. Y según este modelo o mejor esta tendencia hacia lo popular maravilloso, en Dinamarca Hans Christian Andersen (1805- ----) revalorizó el folklore danes, narro los relatos populares que escuchó en el corro de las hilanderas y en la recolección de lúpulo. Sobre Andersen y su narrativa la crítica ha afirmado que poetiza los cuentos folklóricos a partir de su rústica sencillez. Sólo por mencionar, Andersen es autor de “El patito feo”, “El abeto“, “La bala y el trompo“, “La flor de la felicidad“, “La princesa y el porquerizo“, entre otros.

En Francia, Charles Perrault también recogió la llamada “literatura de cordel“ que estaba integrada por leyendas profanas y obras piadoras. Leyendas como “Roberto, el diablo”, “Genoveva de Brabante”,.” Ricardo sin miedo”, son la fuente de su narrativa que da forma literaria a relatos tradicionales como “Piel de asno”, “La bella durmiente”, “Las hadas”, “Cenicienta”, “Caperucita Roja”, “Barba roja”, “El gato con botas”, “Pulgarcito”, etc.

En Inglaterra, Daniel Defoe (1718) publica “Robinson Crusoe” y logra simbolizar en el personaje la soleidad de la vida del ser humano en su ingenioso proceso hacia la civilización. Robinson Crusoe es, en realidad, una apología al hombre inventor. Igualmente, Jonathan Swift (1667-1745), hombre excéntrico y de conversación muy ingeniosa publica “Los viajes de Guliver” en cuyo texto, el protagonista que es también un naufrago va a parar a Lliliput, país increíble habitado por hombrecillos enanos. Detrás de esta historia hay todo un simbolismo. La literatura del nonsense, del disparate, del mundo del humor y la fantasía tienen su culminación con “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll seudónimo de Charles Dodgson que recurre a todo tipo de juegos verbales (asociaciones de ideas, visiones convertidas en imágenes, monólogos interiores, etc.) para crear ese mundo fascinante de realidad y fantasía.
Y así, la declaratoria del mundo mágico, popular y festivo
de los Grimm permitió en todo el mundo producir relatos como “Peter Pan” (James Mathew Barrie), como “Pinocho” de Carlos Lorenzini,Collodi y tantos otros autores.

En síntesis, la ficción desarrollada en los cuentos --- y traspolada a los textos escritos ha permitido que la presencia de lo maravilloso sea una constante (“de día metamorfoseábase en gato o en lechuza y de noche recobraba la forma humana”- Yorinda y Yoringel), la recurrencia a los autobiográfico (“Mi vida es un cuento maravilloso” – H. C. Andersen); la supervivencia de la tradición (Cuentos de mi Madre la Oca – Ch. Perrault); la intención moralizante (“Niñas cuando seáis hermosas jóvenes, desconfiad siempre de los lobos. En este mundo hay muchos melifluos y elegantes, cuyo lenguaje es cariñoso y seductor y esos, precisamente, son los de raza más peligrosa” – Ch. Perrault); la anticipación científica (“De la tierra a la la luna”, “Veinte mil leguas de viaje submarino,” etc – J. Verne); presencia de la soledad del ser humano y su progreso hacia la civilización (Robinson, solitario, recorre todas las etapas de la humanidad, logra el fuego, busca comida, se ingenia para pescar y cazar, se construye una cabaña, etc.); presencia del humor y la fantasía (Alicia ve pasar un elegante conejo blanco que mira la hora en el reloj de su chaleco. Alicia lo sigue y se mete en la madriguera que es como un pozo, un profundo pozo – lo que ahora sería el túnel del tiempo – y allí empiezan las más insólitas aventuras); presencia del proceso de metamorfosis.

En nuestra narrativa, son innumerables los testimonios que dan cuenta de este notable arte de tejer ficciones y en los que se cumplen muy bien las funciones que Vladimir Propp ha señalado además como elementos que permiten estructurar la ficción.
Una rápida visión de los relatos que circulan en la zona quechua, aymara y amazónica nos permite hallar ese mundo cosmogónico que da cuenta del ingenio y la inventiva del poblador de esas regiones.
Relatos como “Los Q´anchis y los Q´ollas”, “La leyenda de los gentiles”, “El mito del rey Wachimochic”, “Los orígenes de Pacucha”, “Peñon Inca Chicana”, “Apu Qoramiri”, entre otros nos ayudan a comprender cómo la imaginación permite a los seres humanos construir mundos en los que la simbiosis realidad – fantasía es un suceso natural, un hecho cotidiano.

Más aún en la singular y hermosa narrativa de autores nuestros como: Roberto Rosario Vidal, Rosa Cerna Guardia, Magdalena Espinoza García, Carlota Carvallo de Nuñez; Andrés Mendizábal, Maritza Valle Tejada, Cecilia Granadino, Cronwell Jara, Oscar Colchado, César Vega Herrera, Francisco Izquierdo, Jorge Eslava, Jorge Díaz Herrera, entre otros. La magia de la ficción permite tejer una urdimbre fascinante. Aún más, hoy asistimos a una preponderancia de la literatura fantástica y del cuento maravilloso que se traduce en distintas formas de ambigüedad e interferencia entre los planos de la realidad y la fantasía que se han añadido además al camino de complejidad emprendido por los narradores para niños que retan a los jóvenes lectores con una propuesta de realidades múltiples y paradójicas capaces de generar el vuelo de la imaginación.

Y para concluir, quisiera retomar el pensamiento de Umberto Eco porque lo considero genial:

“Hoy en día, los libro que narran historias representan a nuestros ancianos. Nosotros no nos damos cuenta, pero nuestra riqueza cuando nos comparamos con quien es analfabeto o con quien no lee, consiste en el hecho de que él está viviendo y vive una sola vida, mientras que nosotros vivimos muchas. Al escuchar relatos o al leerlos, recordamos los juegos de nuestra infancia junto con los de Proust; sufrimos por nuestro amor, pero también por el de Piramo y Tishe; hemos asimilado algo de la sabiduría de Solón; temblamos de frío ciertas noches de invierno en Santa Elena y nos repetimos, junto con la historia que nos contaba la abuela, la narrada por Scherezada. Todo esto puede dar la impresión de que, desde el nacimiento, somos ya insoportablemente viejos. Pero un analfabeto que no sabe que pasó en los idus de marzo, es mucho más viejo que nosotros.”

viernes, 15 de enero de 2010

Discurso de incorporación de la Dra. Sara Montalván

Fotografía: Académicos Sara Montalván, Roberto Rosario, Jesús Cabel y Danilo Sánchez.


Señor Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil doctor Roberto Rosario Vidal


Académico Jesús Cabel


Distinguido miembro de la Academia Peruana de Literatura Infantil doctor Danilo Sánchez Lihón a quien agradezco haber tenido la gentileza de pronunciar esta noche el Discurso de Recepción.


Distinguida concurrencia.



Es un privilegio que hoy estemos en la casa del más grande tradicionalista de todos los tiempos don Ricardo Palma. Local que evoca a su paso la vida de nuestro ilustre anfitrión.


Al igual que Palma, creo en la magia de la literatura, en la palabra, en la fantasía, por eso estoy convencida que algún espíritu travieso debe haber persuadido a los académicos a invitarme a formar parte de ésta prestigiosa institución, lo cual acepto y agradezco desde lo más profundo de mi ser ya que constituye un honor que considero entre los más altos que he recibido en mi vida.


Asumo esta invitación como un compromiso para intentar siempre, estar a la altura de la generosidad y benevolencia de la que soy objeto por parte de sus integrantes.


Quiso el destino, hace mas ya de una década, ponerme frente a una gran maestra, quien con su calidad humana y una sabiduría infinita me llevó a profundizar mis conocimientos y a descubrir mi verdadera vocación, contagiándome su pasión por la literatura infantil y juvenil.


Aprendí mucho de su fina inteligencia, su erudita formación, su extraordinaria capacidad para movilizarnos y movilizar nuestras curiosidades intelectuales, de su don de gente, de su entusiasmo y su sentido del humor. Pero aprendimos sobre todo de su cálido afecto, de su permanente disposición para atender nuestras inquietudes.


Esta maestra, a quien quiero rendirle homenaje público el día de hoy y expresarle mi gratitud por todo lo que he recibido de sus enseñanzas es hoy la Presidenta de la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil, la doctora Sylvia Puentes de Oyenard. Ilustre médica, poeta, narradora, ensayista, de nacionalidad uruguaya, sin embargo es tambiénboliviana,chilena,cubana,ecuatoriana,panameña,peruana,venezolana,latinoamericana cuando hablamos de literatura infantil iberoamericana y universal, pero sobre todo, al igual que Juana de Ibarbourou, es de América, cuando se trata de unión, paz y amistad entre nuestros pueblos.



EL ARTE DE LA PALABRA EN LOS QUIPUS


Apreciados amigos, deseo compartir con ustedes brevemente un tema apasionante, sobre el cual he iniciado una investigación académica. Me refiero al sistema de comunicación tangible que tuvieron nuestros ancestros mediante los quipus y la relación de estos con la literatura, al constituirse también, desde nuestra hipótesis, en medio de expresión de nuestros pueblos pre-colombinos, incorporando en ella cantos, cuentos, mitos y poemas, dejando para la historia y la admiración de las actuales generaciones una riqueza creativa que hoy empieza a asombrar a la humanidad mas allá de nuestras fronteras.


Emulando a los quipucamayocs o a las kilkamayucunas, que eran las personas “que hacían hablar a los quipus”- empezaremos diciendo:


Ñaupa Pacha antiguamente, en tiempos pasados, mucho antes que los incas incluso, existió un sistema creado por los pobladores del Perú que se extendió a Ecuador, Bolivia, parte de Colombia, Chile y Argentina que no solo fue un sistema numérico, nemotécnico o estadístico sino significó sobre todo una forma de comunicación, diferente a la escritura alfabética, pero tan válida y sofisticada como ésta.


Cronistas bien informados afirmaron durante la colonia temprana que, a diferencia de los quipus comunes, ciertos quipus registraron poemas e historias.


El cronista José Acosta en su Historia natural y Moral de los Incas, nos dice:


Son quipus unos memoriales o registros hechos de ramales, en que diversos ñudos y diversos colores significan diversas cosas. Es increíble lo que en éste modo alcanzaron porque cuanto los libros pueden decir de historias y leyes y ceremonias y cuentas de negocios todo eso suplen los quipus tan puntualmente que admiran.


Garcilaso De La Vega en sus Comentarios Reales afirma que:


...los quipucamayoc observando y palpando los hilos y nudos, podían leer de corrido unas largas e incomprensibles historias para los españoles...los quipus dejan pasmados a los españoles por la cantidad de información que de ellos sacaban los quipucamayoc.


Por su parte, Antonio de Calancha refiere que:


Por medio de los quipus, se podía relatar hechos históricos y/o mensajes de todo orden.


Pero la relación entre lenguaje y cordel todavía sigue siendo oscura y constituye una frontera de investigación.


Existen diversas etapas respecto a la investigación que se ha hecho sobre los quipus:


-El arqueólogo peruano Julio C. Tello pensó que los quipus solo pertenecían a la época incaica, algo que comenzó a cambiar en el año 1968 con el hallazgo de quipus en la cultura pre-incaica Wari.


-En 1929 el historiador norteamericano Golan Locke publicó un trabajo que explicaba su lectura. Afirmaba que los incas usaban el sistema decimal y que cada uno de los nudos, por su tamaño y posición en las cuerdas, marcaba las unidades, decenas, centenas y millares.


Esta investigación sería completada en la década del setenta por los matemáticos y esposos norteamericanos María y Robert Asher quienes publicaron el “Code of the Quipu” en el que explicaban, con gráficos, la formación de los nudos y la forma que estaban dispuestos en las cuerdas y cómo representaban cantidades numéricas.


Después de los Ascher vinieron las investigaciones de Gary Urton y las del historiador italiano Carlo Radicati, éste último fue uno de los primeros en postular la existencia de archivos de quipus, que comparten los mismos tipos de información y que son complementarios entre sí.


El antropólogo norteamericano GARY URTON, eminencia mundial en lo que se refiere al estudio e interpretación de los quipus, que ha estudiado más de 60,000 nudos e hilos nos dice respecto a las investigaciones anteriores que:


En aquella época se ocupaban más de los números que registraban los quipus en los nudos pero no existían estudios sobre estructuras ni sobre las variaciones de los nudos ni los hilos. Urton, después de unos años de estudios tuvo la idea de que tal vez estas variaciones de los nudos tenían algo que ver en la manera de registrar los datos. La forma de anudar o de atar la cuerda madre era un sistema de signos que registraba datos distintos. Desarrolló una teoría sobre la posibilidad de que estos valores representaban temas binarios de signos, a la derecha o hacia abajo…


Así como nosotros podemos escribir un alfabeto de 26 signos, ellos pudieron asegurar convenciones a cada hilo, a cada torsión, a cada nudo. Al principio de la conquista los españoles repararon que los quipus guardaban datos de interés para el estado inca y realizaron algunas transcripciones.


Hay unas dos docenas de estas transcripciones, nudo por nudo, hilo por hilo, pero lo que no hay todavía es la correlación entre la transcripción y un quipu existente. Si algún día la encontramos daremos con la clave para saber que dice (-exactamente-) cada hilo”


La lingüista peruana Rocío Quispe-Agnoli en su trabajo titulado De cronistas a intelectuales: la semiosis narrativa de/sobre los quipus, muestra una semiótica narrativa de y sobre los quipus a partir de las lecturas que se han hecho de ellos. Con “lecturas” se refiere a los materiales desarrollados por los cronistas del siglo XVI que han trabajado un tipo de de-construcción (análisis del discurso científico) de las interpretaciones y propuestas de lectura de los quipus que los intelectuales de diversas disciplinas han hecho durante el siglo XX. En ese trabajo observa cómo los intelectuales del siglo XVI (gramáticos, creadores de diccionarios, filósofos del lenguaje como Acosta) se aproximan a los quipus desde sus categorías de lectura e interpretación, y cómo los estudiosos del siglo XX (Asher, Urton, Salomon, Brokaw, entre otros) se aproximan a estos sistemas en búsqueda de una textualidad narrativa. En este marco, entiende “texto” no únicamente como el texto verbal de la crónica, sino en un sentido amplio y semiótico: un tejido de signos con una función social. Se presenta entonces como la lectura de otras que se han hecho/se hacen de los quipus andinos y de las posibles estructuras mentales que se ponen en juego cuando el lector busca una narrativa verbal en un sistema de comunicación tangible, pero no necesariamente verbal.


Sabemos que la administración del conocimiento ha sido y es uno de los medios más eficaces del control de las sociedades. En el caso de la civilización incaica éste conocimiento se organizó mediante elaborados sistemas de registro de información, como el quipu y el tocapu.


Los quipus fueron la representación tecnológica de los incas. Esto les facilitaba el control de lo que tenían, les permitía registrar su historia y les simplificaba las operaciones que tenían que hacer. Era una herramienta muy valiosa para ellos como lo son hoy las computadoras para nosotros.


Por eso es importante romper el estereotipo de que las culturas pre colombinas no tuvieron escritura. Ahí están los quipus para demostrarlo, nuestra esencia cultural pervive heroicamente.


-Actualmente hay en el mundo más de seiscientos quipus registrados. El Museo Nacional de Antropología e Historia de Perú alberga una de las colecciones más grandes de quipus antropológicos del mundo. El museo presenta el escenario adecuado para la conservación e investigación de los quipus mediante el estudio y registro del mismo. Se pretende una propuesta de registro descriptivo que recoge las experiencias previas mediante un sistema de registro integral del quipu arqueológico y que permite la construcción de una base de datos apropiada para las búsquedas específicas de información relacionada.


-En 1976 en Pachacamac, fue reportado el hallazgo de una ofrenda en lo que hoy se conoce como la Casa del Quipu, consistente en un paquete de cuero de venado conteniendo 34 ejemplares de quipus. La referida colección se encuentra bajo custodia del Museo de Sitio de Pachacamac. Es por eso que el Museo de sitio de Pachacamac ha diseñado un taller de corta duración para estudiantes de nivel inicial, primario y secundario, referente al quipu y sus significados. El taller está organizado en dos secciones, una teórica y otra práctica de fabricación de un quipu para que aprendan a ubicar los nudos dentro de la cuerda, establecer las unidades, decenas centenas y millares y elaborar diversos tipos de nudos.


-Gary Urton trabaja hace siete años en la universidad de Harvard en el proyecto Quipu Data Base, enfocado en el problema de la tipología. Está desarrollando métodos para el análisis del agrupamiento de ejemplares en base al lugar de origen o procedencia y de función. (por ejemplo censo, calendario, etc.)


-Respecto a los temas que se registran por ejemplo en los quipus aimaras, estos giran en torno a un tema común: la sobrevivencia de la familia o la comunidad.


-Jean Pierre Chaumiel establece posibles conexiones entre el sistema de quipus andinos y quipus amazónicos utilizados en contextos rituales en ciertas regiones amazónicas. Para este antropólogo, la cuerdas rituales entre los Yaguas de Loreto desarrollan la idea de un sistema abierto y combinado entre la imagen y la palabra, pero de manera más abstracta y compleja. Brinda además información sobre el proceso de memoria de ciertos eventos del pasado. Se trata de una cuerda trenzada de varios metros, realizada por un cantor profesional o manaru, sobre la cual se disponen varias series o grupos de nudos con ocasión de grandes rituales de iniciación. en ciertas regiones amazónicas.


-En el año 2005 se encontró en Caral un quipu que tiene más de 4500 años de antigüedad


El quipu encontrado en Caral demuestra indubitablemente que se usó miles de años antes en ésta zona, pero demuestra además que era una expresión de arte dado que este quipu fue encontrado dentro de una ofrenda, al igual que tres instrumentos musicales de viento denominados “antaras”. Para los investigadores esto es otra prueba de lo importante que eran las expresiones artísticas en la cultura Caral, pues se han hallado también 32 flautas traversas, fabricadas con huesos de cóndor y pelícano, y 36 cornetas de huesos de venado y camélidos.


Según el antropólogo Carlos Leiva, miembro del proyecto Caral, los quipus son una forma de registro igual de válida que la cuneiforme o jeroglífica usada por los mesopotámicos y los egipcios. El quipu es un mecanismo de nudos utilizado para trasmitir información detallada. El haber encontrado uno en la ciudad más antigua de América revela que hace 5000 años ya existía un sistema de escritura en ésta parte del mundo.


-A principio del siglo veinte, pastores en nuestros andes, todavía utilizaban los quipus para registrar la cantidad de sus animales.


-En el año 2006 una noticia da la vuelta al mundo. Aun se están haciendo quipus en el Perú. En el centro poblado de Cuspón, en la jurisdicción del Distrito de Chiquián, de la Provincia de Bolognesi, Departamento de Ancash, Gregoria Rivera Zubieta, “doña Licuna”, descubierta una década antes por el antropólogo peruano Arturo Ruiz Estrada, sabe cómo preparar un quipu, en qué circunstancias y cuál es la función que desempeñan. Sus quipus tienen un fin mágico: proteger a los difuntos durante su viaje al cielo. Federico Kaufman Doig, refiriéndose a este hecho nos dice que “en los pueblos pequeños y remotos es posible encontrar que se siguen costumbres y tradiciones ancestrales como ha ocurrido en el caso de Cuspón”


Una nota publicada en el Comercio el 12 de setiembre de 2009


nos dice que “la mente de Licuna es caprichosa y sabia. Olvida información elemental, pero recuérda la trascendental , esa que viene de los tiempos inmemoriales, esa de la que depende del futuro de la tradición. Por eso no le importa saber con exactitud cuántos años tiene, lo que le interesa es retener cómo se mueve la mano, como trabajan los dedos”


Doña Licuna sabe bien que, la construcción de los nudos, y la manufactura de los hilos, lo que significa en algunos casos la torsión a la derecha y en otros a la izquierda. La forma de anudar o atar la cuerda madre. Cada hilo, cada nudo, cada torsión tiene su significado.


-Un quipu consta de un cordel horizontal del cual penden cuerdas delgadas trenzadas, y varias otras sujetas a estas. Las cuerdas son de diferentes tamaños y en ellas se hacen nudos situados a intervalos diferentes.


Por ejemplo los tipos de nudos y los tipos de amarres (entrelazados, encadenados, enlazados) actúan como interruptores que activan los significados (como un buen o mal anuncio o un tercer valor intermedio entre ambos) Desde un modelo corporal de las manos asignados a los nudos permiten “agarrar” o “soltar” las ideas.


El significado se produce por la combinación de elementos. Es posible lograr más de ocho millones de combinaciones. Se producen diferentes significados si se anuda una cuerda sola, dos cuerdas juntas, contiguas o no contiguas, mediante un tipo de amarre u otro y es allí donde se produce el mensaje.


-Eran los quipukamayoc los encargados de descifrar el mensaje.


Se sabe que ese cargo era otorgado por el inca a personas de la nobleza o bien a personas muy honorables. El término quipucamayoc es empleado en las fuentes como sinónimo de “contador”, ”historiador”, ”escribano”, ”mayordomo”. Pero en quechua significa “quien hace hablar a los quipus”


En su papel milenario como escritora y lectora de quipus, “doña Licuna” recibe en su pueblo el nombre de mamalikuna o mamarikuna que significa “ la que sabe ver”


-Las artes de escribir y leer las cuerdas con nudos han sobrepasado las persecuciones que sufrieron en los siglos virreinales y el olvido en que cayeron después definitivamente.


Solo iremos andando por los caminos ancestrales si quienes trabajamos en estos espacios y en estos tiempos aprendemos a escuchar la voz de nuestros pueblos.


En ellos encontramos la sabiduría que demostraron y demuestran tener: solo resta escuchar con atención. Y trasmitirla a las nuevas generaciones mediante la literatura para niños y jóvenes.


La idea es incluir variedades dialectales no como problema a resolver para homogenizar y así hegemonizar, sino como un enriquecimiento a compartir.


-Porque sabemos que los quipus no eran un sofisticado sistema de cuerdas y nudos que servía solamente para hacer cuentas y estadísticas en el incanato. Sino que cumplían una función social.


-Porque los primeros cronistas nos dicen que los quipus relataban hechos de todo orden, por lo que no podemos descartar que, de acuerdo a nuestra hipótesis, tengan también usos literarios. La investigación en éste aspecto recién comienza.


-Los hombres y las mujeres del antiguo Perú no se sentaban alrededor de la kilkamayacuna solamente para escuchar noticias o llevar cuentas. Si no, también, se deleitaban en la sierra con los cantares en honor a Viracocha y en la costa en honor a Kon y Pachacamac , conociendo a sus dioses y sus personajes mitológicos.


-En ese sentido y para terminar ésta disertación permítanme evocar un poema para comprender el canto al amor de los antiguos peruanos:


¿Dónde estás mi pequeña urpi?


De noche y de día te busco


Acaso lloras, perdida


Por una jalca lejana


Sin tener cómo volver


Pregunto a todos por ella


Tal vez encuentre su rastro


Para correr en su busca


De noche y de día te busco


¿Dónde estás mi pequeña urpi?


SARA MONTALVAN ARTETA


Discurso de Recepción a la Dra. Sara Montalván



SARA MONTALVÁN,


ABOGADA DE LA LEY


ETERNA DE LA POESÍA



Danilo Sánchez Lihón



Discurso de Recepción, en el Acto de Incorporación, el día jueves 14 de enero del año 2010, de la Dra. Sara Montalván


a la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil



1. Esto


estremece



Hace unos días se conoció un hecho luctuoso. Unos adolescente del aula 5º B del Colegio Gran Mariscal Luzuriaga de Lima, en viaje de promoción a Trujillo, atacaron con piedras, patadas y objetos punzantes uno de los muros más significativos y hermosos de la Huaca del Dragón o también conocida como Huaca del Arco Iris del complejo Arqueológico de Chan Chan, maravilla cultural y patrimonio del mundo, con frisos que datan de hace 1,100 años, en la llamada Ciudad de los Dioses.


En el video, que aparentemente esos mismos adolescentes colgaron en YouTube, se los ve como personas normales, sin taras visibles, y esto estremece. Sería menos terrible si tuvieran la apariencia de delincuentes, porque en el fondo lo son.


No se los ve estólidos, aunque sus actos revelan eso, asunto este que produce espanto, hace temblar y escarapela el cuerpo al comprobar que son los seres comunes y corrientes que estamos criando al interior de nuestras casas. Y que asisten regularmente a la escuela.



2. Esto tien


Que dolernos mucho



Esto, ¿tiene que ver con la literatura infantil, que venimos a celebrar esta noche? ¡Sí! ¡Muchísimo! Porque nos señala que no hubo en ellos, ni los ha tocado, ni hay la más mínima huella, ni se conmovieron nunca con la literatura infantil.


No se los nota drogados, aunque sus actos sean de enajenados mentales. La pregunta entonces es: ¿qué estamos produciendo en la familia y en la educación? ¿Qué estamos formando?


Porque son alumnos en viaje de promoción, que han ido acompañados de sus maestros a visitar un monumento histórico. Y precisamente ¿qué los incita es destruir aquello que visitan?


Y lo atacan a mansalva, con saña y alevosía; con intención de herir, dañar, violar. Esto tiene que dolernos mucho, y lo primero es no ocultarlo ni cerrar los ojos, y encararlo. Porque no es un hecho aislado. Sino: ¿qué son las pandillas de vecinos y estudiantes de los colegios que se enfrentan a pedradas en las calles? ¿Y las barras bravas?


Y lo mismo puede ser un muro el atacado, que una mujer, un niño, un anciano o ¡cualquier ciudadano! Y por gente aparentemente normal, pero en el fondo con terribles lagunas mentales.



3. Formar


el alma



Este tema lo traemos a colación porque tiene que ver centralmente con la literatura infantil y de manera muy particular con la trayectoria profesional y el arte de la palabra para niños que cultiva la Dra. Sara Montalván Arteta, a quien hoy tenemos el honor de dar la bienvenida y recibir con profundo respeto en la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.


Porque de lo que se trata en aquel suceso que nos crispa e indigna es el alma que nos habita. Y ese es el tema de fondo de la literatura infantil. Y de aquella que crea y entreteje Sara Montalván.


Porque, la pregunta que surge después de contemplar aquel video, es: ¿Qué pasa con el alma de los jóvenes? ¿Qué ocurre en su mente? ¿Poseen sensibilidad? ¿Tienen conciencia? ¿Nos conforma la noción del bien?


Porque a eso se dirige la literatura infantil desde temprana edad: a formar el corazón, la mente, la imaginación de la gente.


Se orienta a hacerlos aspirar incluso un mundo mejor, de armonía, de paz, de construcción permanente. Y hasta de heroísmo.



4. Asumir


los hechos



El director del Instituto Nacional de Cultura de la Filial Trujillo, declara que se reconstruirá el monumento, lo que no refiere es cómo reconstruir el alma de la gente, porque la cultura finalmente es el comportamiento y el actuar de las personas.


Y si vale ocuparnos de la literatura infantil es porque no escamotea estos problemas, de lo contrario de qué valdría. Ella tiene que enfocar temas como este: y formar la sensibilidad, el espíritu, la conciencia de los seres humanos.


No es su raigambre los adornos ni las metáforas ni el ritmo del verso, sino el destino, mezquino o grandioso, de las personas. Como la cordura, la cordialidad, la capacidad de sentir y pensar con acierto.


Y ojalá con el efecto y perspectiva de cambiar para mejor la realidad presente. De hacer a los seres predispuestos al bien y amantes de la belleza y el altruismo. De hacer verdaderos seres humanos.


La auténtica literatura infantil asume estos hechos. No le son ajenos, por eso es un campo importante de la cultura humana. Y a eso se orienta la narrativa y la poesía de la Dra. Sara Montalván Arteta.




5. Mundo de los sueños


y utopías



A la legítima literatura infantil incumbe la lucha del bien y el mal, para instituir el triunfo del bien. Conoce de lo deplorable y generoso, y a partir de ello pone el cimiento y alza los muros de lo excelso.


Cruza los abismos del ser que se cierne allá abajo, y erige sobre ese torrente una cumbre diáfana. Ingresa a los infiernos, y perfila el cielo translúcido en el horizonte.


Cruza los pantanos y páramos de las aberraciones, y allí pone las semillas del idealismo y la divinidad.


Por eso se hace trascendente. Y es eso lo que hace Sara Montalván. Cuyo camino es un ejemplo en este proceso hacia lo que es esencia y fundamento.


Ella tiene como profesión la abogacía y poco a poco ha ido dejando el Código Civil que es norma y precepto, y el Código Penal que es juicio y castigo, por la literatura infantil que no es punición ni condena, sino mundo de afecto, esperanza y de infinito.


Es el ámbito de los sueños y utopías, pero asumiendo y decantando la realidad. Y siendo así, mucho más perentorio, como riesgoso e ilimitado que las cláusulas, los artículos e incisos del derecho y la jurisprudencia.



6. ¿Cuál es antes


y cuál después?



La vida de Sara Montalván es un viraje desde la ley para ocuparse del alma. Es un decurso de la letra al espíritu, de los cánones a los sentimientos, del examen jurídico a cincelar el comportamiento humano.


Es un cambio de la abogacía al arte. Porque necesitamos más personas auténticas trabajando en el cimiento que en el techo.


El conflicto que ella tenía por un lado entre el Código Civil y los cuentos y el Código Penal y la poesía, lo han ganado resueltamente estos últimos ámbitos, aparentemente evanescente.


Era el dilema entre la ley y el leve temblor del espíritu, ganando lo que apenas es arrullo y latido.


¿Cuál es más urgente y perentorio? ¿Cuál más concreto y efectivo, salvando los espejismos?


¿Cuál es antes y cuál después en la construcción del mundo y de una sociedad fraterna y solidaria? ¿Dar el lugar en que debe ubicarse uno y otro requiere de mucha valentía?


Los cuentos y poemas forman el alma, la sensibilidad. Entonces, ¡valen mucho más que los preceptos!


Pero veamos algunos hitos en la evolución de este proceso:



7. Leer, escribir


y soñar



Sara Liliana Montalván Arteta, nació en Lima el 23 de septiembre del año 1955. Cursó hasta tercer año de primaria en el Colegio María Alvarado y luego pasó al Colegio Peruano Británico, donde concluyó sus estudios escolares.


De niña le gustaba mucho escribir e ilustrar sus propios “cuentos”. Los hacía en la parte de atrás, o en el revés, de las hojitas del calendario de mesa que su padre le daba para que se entretenga o para que lo deje trabajar tranquilo.


Cuando la historia estaba terminada la niña regresaba a la oficina de su progenitor para que engrape las hojas. ¡Y ella quedaba feliz con su flamante e inesperado “libro”!


Sin duda, lo que más le gustó siempre fue leer y escribir, leer de todo pero principalmente cuentos, obras clásicas, novelas de misterio y poemas. ¡Y soñar!, perderse por los dédalos y meandros de la imaginación, que da placer pero más causa dolor.



8. Se resignan


sumisos



En el año 1973 se estrena como asombrada estudiante de educación superior, al ingresar al ciclo de Estudios Generales en la especialidad de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Y dos años más tarde la vemos atravesar e ingresar por el pórtico de la Facultad de Derecho.


En ese período, conforme va abriendo con entusiasmo y hasta pasión el libro segundo del Código Civil, que corresponde al Derecho de Familia, va cerrando con angustia y desazón los libros de ficción: los poemas, cuentos y novelas que se resignan sumisos a esperar.


Concluye sus estudios de pre-grado en 1978 y se gradúa como Bachiller en Derecho con la tesis El concubinato: hecho social y regulación jurídica.


Pronto se licencia de abogada con la sustentación de un expediente civil y otro penal.


Los libros de cuentos y poemas se sumergen en el hondo mar gris del letargo.



9. Se acomoda


en el equipaje



Y se dedicó a ejercer la abogacía, desde el comienzo en forma independiente. Pero, ¡alerte!, los libros de poemas, sintiéndose ofendidos en los estantes, han empezado a confabular y arman una conspiración.


En el año 1997, viaja con toda su familia, al lugar que ahora considera “el país de las hadas”. El propósito que la lleva es hacer un curso de post grado de derecho en la Universidad de la República de Uruguay.


¡Qué bella denominación le ha puesto Sara, con intensa fidelidad y amor a dicho país, siendo este el modo cómo quisiéramos que la literatura contribuya con la sociedad: ¡A ensalzar con sinceridad!


Deja muchas cosas en Lima, porque poco entra en una maleta. Hay que poner lo importante y solo lo necesario.


Pero, sigilosamente, casi como pidiendo disculpas por el pequeño espacio que va a ocupar, primero dubitativamente pero luego con seguridad plena, se acomoda en el equipaje un folder con algunas hojas todavía sin “engrapar”, que ella había escrito para entretener a sus hijos.



10. Como el hada


que es



No tuvo el valor de regresarlo al cajón del escritorio y cargó con los cuentos hasta Montevideo. No supo Sara y yo lo revelo ahora, que ese libro era un agente introducido por el grupo de sediciosos y conjurados que eran los libros de cuentos y de poemas rezagados en su estante de libros.


Esos cuentos ya ahora publicados son lo que más unen al Perú con el Uruguay porque a los pueblos más unen sus escritores y artistas que la diplomacia, los negocios o los gobiernos.


En Montevideo conoce a Sylvia Puentes de Oyenard, quien como el hada que es, porque tiene una varita mágica entre los dedos que solo algunos ven, le presenta el maravilloso mundo de la literatura infantil a través de la Cátedra “Juana de Ibarbourou” que ella dirige y avala el Ministerio de Educación y Cultura y la Biblioteca Nacional del Uruguay.


Se matricula en ella, estudio que lleva paralelamente al post grado de derecho, obteniendo en el año 2000 el titulo de Experta en Literatura Infantil Iberoamericana y Universal, con la monografía Perú: rondas, fábulas, cuentos, mitos y leyendas.



11. Grupo


de conspiradores



Da a conocer en el Uruguay su primer cuentos, titulado: Violeta la vaca mumutera, incluido en el Boletín N° 32 de A.U.L.I, Asociación Uruguaya de Literatura Infantil.


En aquel mismo año, estamos en 1997, publica y presenta bajo el sello editorial de AULI, el cuento Qué lástima del cocodrilo relato éste que ha sido interpretado y teatralizado por niños de enseñanza primaria de Perú y Uruguay.


Sara regresa a Lima a seguir trabajando de abogada, pero en Montevideo se quedan cuatro agentes del grupo insurreccional, son los cuentos: El gallito Luis, Alejo el viejo conejo, Michifuz al fin fue feliz y Un cuento silencioso, que se van publicando en Boletines continuos de AULI y formando parte de antologías de autores latinoamericanos junto con algunas poesías.


Romina la rápida tortuga, Benito el burrito Buhonero, Historia de enanos y gorriones, regresan a Lima para integrar textos destinados a los diversos grados de la Educación Primaria, incluidos en los libros que edita la Editorial COREFO.



12. Amante


abandonado



Poco a poco, los libros de cuentos y poesías han ganado puestos claves, curules y ya pretenden tomar el poder y ser gobierno.


En la casa de Sara van ocupando algo más que un pequeño espacio en sus estantes y cuando viaja imponen una presencia contundente en sus maletas, así como en el espacio ilimitado de sus sueños y desvelos.


Pero el Código Civil bufa y se retuerce de celos e impaciencia, se defiende con todo lo que tiene, replica, duplica, se descuaderna en su afán protagónico.


Se rehúsa a ser un libro más de la biblioteca, o peor aún: un libro desplazado, dejado a un lado, o un amante abandonado.


Esta facción del conflicto logra un triunfo: en los años 2001-2002 Sara realiza una maestría en Derecho Civil con mención en Derecho de Familia en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, UNIFE del Perú, siendo su trabajo de investigación La procreación humana asistida y filiación.



13. Arco


que nos une



Mientras tanto, siguen las antologías en el país de las hadas. Zapatos se publica en Girasol de Poesía (Poemas de Perú para los niños del Mundo), Lima 2004, Coedición del INLEC, ICPNA y AULI.


Surge una oportunidad en Chile y en el año 2006, bajo el sello de la Editorial Marenostrum se publican los Siete cuentos para la semana, con una primera reimpresión en enero de 2008 y una segunda reimpresión en enero del 2009.


Quiero decir aquí unas palabras en relación a estos hechos, cual es que Sara ha tendido un puente de plata con países como Uruguay y Chile. Un lazo magnífico en realidad, promisorio y aúreo. Nos une muy bien, con esplendor, con el núcleo de personas comandadas por Silvia Puentes de Oyenard.


Ella fue al país de las hadas, el Uruguay, y ella misma ha regresado con las alas de hada en los hombros, de la unión entre nuestros pueblos y sus literaturas, alas que tienen la escarcha del espíritu de Juana de Ibarbourou, de José Santos Chocano, de Juan Parra del Riego. Y de tantos otros hombres ilustres que nos han unido.


Y ahora por Sara a quien rogamos que nunca deje de ser el arco que nos una a esos países hermanos.



14. Abolir


fronteras



Aquí se pone de manifiesto esa noble y trascendental dimensión de la literatura infantil, cual es unir pueblos, culturas y naciones, tan separadas y hasta en enemistad por otros motivos.


Tan es así que en el año 2007 Sara fue incorporada como miembro correspondiente de la Academia Uruguaya de Literatura Infantil y Juvenil en el marco del Congreso Internacional de Literatura Infantil realizado en Quito en el que participó con la ponencia Reír o no reír: el humor en la literatura infantil.


Contemplen cómo la literatura infantil abole, subroga y proscribe fronteras.


Ese mismo año Historia de enanos y gorriones se publica en Uruguay, en el libro Entre cuentos y leyendas, AULI-Colección Tente en el aire.


En el año 2008, con el sello editorial AULI, Colección Tente en el Aire, da a conocer Eso si que si (poemas).


Y Las aventuras del gallito Luis (narrativa) Ediciones AULI–Amphion. Este libro contó, además, con el auspicio de la Embajada del Perú en el Uruguay.



15. Diálogo


intercultural



Las aventuras del gallito Luis, es un cuento que se convirtió en novela y con esto los conspiradores consideraron que ya tenían ganada su guerra de vencer a los Códigos Civil y Penal. Y lo celebraron con grandes manifestaciones.


Acerca de este libro se refiere el agregado cultural peruano en Montevideo, el destacado intelectual peruano, Sr. Bruno Podestá, con las siguientes palabras:


“Un encantador libro para niños –y para quienes conservan a cualquier edad la curiosidad y capacidad de sorprenderse– que presenta en forma amena y sencilla las señas etnohistóricas, sociales y lingüísticas de un mundo rico y múltiple.”


“Un ejercicio de diálogo intercultural en el que la creación y la imaginación toman las riendas de una narración risueña y saltarina que pasea su mirada por el pasado y presente de la sociedad peruana, andina y por extensión también latinoamericana”



16. Eso sí


que sí



En el año 2009, en Montevideo, Sara integró el jurado del concurso internacional de poesía “Eloísa Pérez de Pastorini”, que convocó la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil en el marco de sus 25 años de fundación.


El libro que se publica con los poemas ganadores lleva por título un verso de nuestra poetiza y narradora Rosa Cerna Guardia, cuyo poema se cita en el libro y uno de cuyos fragmentos dice:


El aire es de colores;


por eso respiramos luces.


Este mismo año participa en el Congreso Internacional de Literatura Juvenil y Gallega, celebrado en el mes de setiembre en la ciudad de Buenos Aires, exponiendo sobre el Plan Lector en el Perú.


Asimismo, el pato Marcelino del poemario Eso sí que sí, es musicalizado por la cantante uruguaya Malva Bengua con arreglos del músico Edgardo Muscarelli para integrar un disco compacto destinado a los niños.



17. Poemario


hecho canción



Su segundo poemario, Si mi sol fue publicado en septiembre del 2009, por AULI-Colección Tente en el Aire. Sobre él dice lo siguiente el Presidente de la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, Dr. Roberto Rosario Vidal:


“Los poemas de Sara son un canto que arrullan hasta a los niños de mi edad, transportándonos a través de un jardín donde danzan bajo un sol pleno hasta los caballos de paso en su berebere criollo. Si mi sol es un poemario hecho canción para los niños del Perú y el mundo”.


Por su parte Sylvia Puentes de Oyenard, Presidenta de la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil, expresa:


“El poema es alegría, ritmo, juego. Así lo entiende Sara Montalván Arteta, sensible escritora peruana que transita los caminos de la ley–es abogada– y de la música–es poesía–. Si mi sol es una invitación a la fantasía, al sueño y a la imaginación…”



18. Se hizo aura,


espíritu



En noviembre del año 2009 su cuento Peter Pánjaro tiene ideas se publicó en el libro Cuentos con Historia, Ediciones AULI-Tente en el Aire.


Como síntesis de esta trayectoria podemos concluir que existen tres vertientes bien definidas y marcadas en la obra literaria de Sara Montalván Arteta:


1. El cuento de humor y didáctico. 2. La poesía, y 3. La etnohistórica y el relato social, que a la vez tienen un hilo conductor, cual es la difusión y la defensa de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.


Hoy Sara va y viene con las maletas llenas de libros de literatura infantil, no hay lugar para nada más.


¿Y el Código Civil? Quedó subsumido en las páginas de los cuentos y poemas. Se hizo aura, espíritu. Sara los sigue leyendo pero como cuento y música, para el país digno que hemos de construir, donde no haya nada que lamentar, ni sancionar, ni adolescente que destruyan sin saber por qué; ¡y que han perdido el rumbo de la vida!



19. Mundo jovial,


risueño, cantarino



Por eso celebramos que haya más personas auténticas trabajando en el cimiento que en el techo.


Porque el mayor significado de la obra de Sara es haber jerarquizado al plano estético los valores éticos, didácticos y sociales que hay que defender tanto ahora.


Los textos de Sara Montalván, ágiles y amenos, bien concebidos y bien escritos, son constructivos, edificantes, protectores. Elaborados con espíritu positivo, pero a la vez jovial, risueño y cantarino.


Aún cuando plantea narraciones de neto cuño didáctico, el juego, la sonrisa y la espontaneidad hacen olvidar ese aspecto, poniéndose de manifiesto en la obra el humor, la gracia y el esplendor de vivir.


Y así, conforme va “engrampando” sus historias ahora vuelve a abrir, con redoblada pasión, los libros de cuentos, y poemas. Y va cerrando con resignación los folios del Código Civil el Penal.



20. Un tiempo


nuevo



Sin embargo, qué difícil es hablar un lenguaje positivo en tiempos aciagos, un lenguaje alentador y que dé confianza entre tanto descalabro. Pero ella sabe hacerlo con acierto y con candor.


Qué difícil encontrar o poder reconocer lo bueno entre los abrojos. Y saber exaltarlo. Y a partir de ello construir esperanza. Y ella sabe hacerlo como un sortilegio y un bálsamo.


¡La esperanza!, esa niña tan pura y tan lejana. Y tan fuerte en nuestro pueblo, de lo contrario ya hubiéramos muerto con tanto dolor en el alma.


Qué importante que surjan voces como las de Sara Montalbán en la literatura infantil que es la expresión más intensa, sutil y alta de la esperanza.


Esperanza que nos hace anhelar que otros jóvenes, en un tiempo nuevo que debemos construir, veneren más bien la herencia conmovedora de la cual somos poseedores. Y a partir de ello, todos juntos, construyamos el país digno y glorioso que el destino nos debe.


Muchas gracias.